Elisenda Cucurull nació hace 36 años en un pequeño pueblo de la costa catalana. Después vivió en Barcelona 8 años y desarrolló su carrera como periodista hasta que decidió emprender una aventura por China: recorrió gran parte del país en tren y conoció muchas personas interesantes y culturas distintas. Al regresar, se instaló en Pamplona, lugar en el que residió 1 año y medio, hasta que un impulso interior le llevó a Asia de nuevo, empezando por Nepal, haciendo un voluntariado durante 3 meses en una escuela de Katmandú donde enseñaba idiomas (inglés y español), además de expresión corporal y danza. Después viajó a Tailandia, donde colaboró en una escuela de Yoga y crecimiento personal (Samma Kharuna), que le hizo decidirse a realizar su primer curso de profesora de Yoga. Por eso se trasladó a Kuala Lumpur (Malasia), donde aprendió técnicas de Yoga Sadhana de la mano de Lingham Pillay al estilo gurukulum. En diciembre de 2014, regresó a Tailandia para involucrarse en el proyecto de Johana Helin en MettaMorphosing – Monte Vista Retreat Center. Allí, además de dar clases de Hatha Yoga, aprendió alimentación y cuidados ayurvédicos sobre cocina vegetariana y ayurvédica. Durante esta etapa realizó un retiro de silencio Vipassana de 10 días en Wat kow Tahm com de la mano de Anthony Markwell. Después Elisenda fue a la India, cuna del Yoga, donde durante 2 meses aprendió sobre Hatha Yoga, Yogaterapia y Ayurveda en el Ashram de Paramand Institute of Yoga Science and Research (Indore). Ahora reside en Granada, ciudad que le ha brindado la oportunidad de seguir desarrollando su camino en la enseñanza y aprendizaje del Yoga con grandes profesores como Sebastián Arbondo, Ian Lewis y Juan Cao. Actualmente, Elisenda imparte clases de Hatha Yoga, Vinyasa Yoga y Yoga para Embarazadas en varios sitios de Granada capital, y hace 3 años fundó una escuela de Yoga, junto con 11 bellísimas personas, llamada Yoga Senda.
Yoga Senda nació en 2019 fruto de la unión de varias personas con ganas de compartir los beneficios del Yoga en la esterilla de la clase, pero, sobre todo, en la esterilla de la vida. Su lema es "La senda nos une, el Yoga nos hace crecer" y su objetivo, compartir los beneficios del Yoga con cualquier persona que quiera saber más sobre esta filosofía de vida, así como para quien quiera abrirse un nuevo futuro profesional. Actualmente, la escuela está integrada por más de 10 profesoras y profesores, profesionales con larga experiencia en el Yoga y terapias alternativas. Realizan formaciones en Hatha Yoga 200h y talleres complementarios en Granada y Almería (provincia). Desde 2019 han formado a más de 40 personas y tienen ganas y energía de compartir la sabiduría del Yoga con muchas más. Yoga Senda también colabora con la Cámara de Comercio de Granada dentro del programa PICE para jóvenes en desempleo menores de 30 años. Su área de especialización es el Hatha Yoga. En sus formaciones ofrecen las bases del Yoga de una forma sencilla y, a la vez, profunda. Apuestan el modelo de formación por una formación básica y de calidad de un año (12 meses = 12 seminarios) porque creen que se necesita tiempo y calma para asimilar todos los conceptos y beneficios del Yoga. Mes a mes, introducen nuevos temas sobre filosofía del Yoga, anatomía y fisiología del cuerpo, construcción y alineación de posturas (asanas), trabajos de respiración (pranayamas), técnicas de relajación, concentración y meditación, iniciación al Ayurveda, prácticas de limpiezas físicas, además de metodología para realizar una práctica saludable y sólida. En cada seminario realizan partes prácticas y teóricas. En el curso 2021/22, además de la formación en Hatha Yoga 200h, van a realizar talleres de especialización de Yoga en Silla, Yin Yoga y Yoga para el Embarazo. Los beneficios de la práctica del Yoga llevaron llegaron a Elisenda a tener una vida más ecuánime y calmada. Desde que practica Yoga a diario (físico y mental) su vida sufre los mismos altos y bajos de siempre, pero tiene una actitud distinta. Encuentra paciencia donde le hace falta y disfruta de los momentos tranquilos y alegres con más intensidad. Además, su cuerpo está más fuerte y ágil. En definitiva, se sienta más sana en cuerpo y, sobre todo, en mente. Para Elisenda, trabajar de profesora de Yoga es un regalo. Después de cada clase, tiene la sensación de haber aportado algo de paz a sus alumnas y alumnos. Se ocupa de crear clases variadas y que, a la vez, respeten la fisionomía de cada persona. Le dedica tiempo y estudio a lo que llama "Charlas Yóguicas" o "Yoga Consejos" que también incluye en las clases. De esta forma, la práctica de Yoga se vuelve más holística: trabajan mente, cuerpo y, sobre todo, la respiración consciente. Elisenda nos pregunta: ¿Te has parado a pensar alguna vez que la respiración es lo que te une a la vida?