Sergi Domínguez Serra, nacido en Barcelona en 1983, se crió en su ciudad natal hasta los 20 años, momento en el que junto a su familia se mudó a un pueblo de la costa a unos 30 km de Barcelona, llamado Llavaneres, que está a 5 minutos de otra ciudad, Mataró, que es en la que Sergi ejerce su profesión. Después de varios años trabajando por cuenta ajena en una multinacional en el departamento de administración y Recursos Humanos, en el año 2017 Sergi decidió establecerse por cuenta propia y dedicarse al 100% a lo que realmente le gusta: defender los intereses de los ciudadanos cuando tienen un problema legal, lo que no deja de tener un cierto carácter de servicio público al defenderlos ante la Administración de Justicia. Indica Sergi que la Abogacía es una profesión liberal y, por lo tanto, considera que la mejor manera de ejercerla es siendo autónomo, sin dependencia de nadie. Después de haber estado en un par de despachos, en 2017 entendió que si quería disfrutar de su profesión debía montar su propio despacho y trabajar en solitario, sin injerencias externas que influyeran en sus casos ni en la manera de llevarlos.
En el Despacho llevan asuntos de tipo penal, laboral y de civil. Dentro de la rama civil están más especialización en el área de familia debido a la cantidad de asuntos que entran de este ámbito, pero no excluyen otras materias. Indica Sergi que la especialización de los abogados la podemos encontrar en los grandes despachos y en las grandes ciudades, pero la realidad de la profesión es otra bien distinta. Si bien un abogado no puede saber de todas las ramas del derecho por su inmensidad, sí se suele dedicar a dos o tres disciplinas a la vez, lo que desde su punto de vista ofrece más ventajas que la especialización, dando al profesional una visión más amplia del derecho. Afirma Sergi que la principal demanda de los clientes es que su abogado les transmita confianza, y eso pasa por explicarles claramente desde un principio las posibilidades reales sobre su asunto, los plazos estimados de resolución del mismo y lo que económicamente le va a suponer. Nos explica que ser sinceros y transparentes desde un principio es básico para generar confianza y que esta se mantenga, incluso para el caso en el que finalmente el resultado no sea satisfactorio para los intereses del cliente. Sergi cree que su trabajo consiste en ayudar a la gente a resolver sus problemas de manera civilizada. El derecho es fruto de la civilización, resolviendo conflictos a través de las leyes que hemos construido. Si bien es cierto que no siempre es así, la satisfacción cuando gana un pleito o llega a un acuerdo bueno para su cliente y saber que ha sido posible gracias a su trabajo es una de las mayores satisfacciones que puede tener como abogado. Ayudar a los demás a través de su estudio de cada caso es lo que más le estimula y le ayuda a crecer como persona y como profesional.
¿Cuál es la metodología de trabajo que empleais en vuestro despacho como abogado especialista en caso de divorcio?
Siempre les explico a mis clientes con la máxima claridad al principio del caso las posibilidades reales que tienen para hacer valer sus intereses. Les informo de los plazos estimados de resolución de su caso y del coste económico que van a tener que asumir para que lo conozcan cuanto antes.
Siempre apuesto desde el inicio del caso por la sinceridad y la transparencia. Es uno de mis principios esenciales en mi metodología de trabajo, procurando generar confianza con el cliente, que es un elemento inexcusable para la relación abogado-cliente y que, además, mejora las posibilidades de conducir el caso de manera exitosa. Y aun si el caso no fuera todo lo exitoso que nos gustaría, la confianza generada siempre es positiva.
¿Cuáles son los problemas más habituales que ayudais a resolver a vuestros clientes en el campo del derecho de familia?
Si bien la casuística de cada cliente es distinta, a la hora de afrontar un divorcio, el problema más importante y el más habitual viene cuando en el núcleo familiar hay hijos menores y los padres que se están separando y/o divorciando no se ponen de acuerdo en la guarda y custodia de esos hijos.
Un proceso judicial de divorcio contencioso con hijos menores es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos los abogados que tocamos esta rama, y ello porque, aparte de la cuestión puramente legal, tenemos que lidiar con la conflictividad existente debido a la crisis matrimonial, más con hijos menores, debiendo tener a menudo un trato de gran mano izquierda con el cliente.