Eva Molero es una barcelonesa de 33 años, psicóloga general sanitaria especialista en psicoterapia individual, familiar y de pareja. Además, es docente y supervisora de psicólogos psicoterapeutas noveles. Hace 10 años que ejerce como psicóloga psicoterapeuta y, en los últimos años es cuando más cambios ha vivido profesionalmente. Hace 3 años Eva abrió una clínica de psicología y otras especialidades de salud. Se llama Syna, Espai de Salut y, actualmente, trabajan en ella 11 profesionales. Son ocho psicólogas y, además, cuentan con el apoyo de una nutricionista, una logopeda y una fisioterapeuta. Conforman un equipo de trabajo muy unido, con una visión común de la salud mental. Entienden la salud en su globalidad, teniendo en cuenta las diferentes áreas de la persona: cuerpo, mente, relaciones y emociones. Eva está especializada en psicología sanitaria y en psicoterapia de adulto individual, familiar y de pareja. Se ha formado en diferentes escuelas y técnicas de psicoterapia, teniendo una base humanista, constructivista, sistémica y corporal. Todo esto le ha permitido tener un enfoque psicoterapéutico integrador, adaptando las terapias y herramientas a las necesidades de los usuarios. En los últimos años, Eva ha estado estudiando e investigando sobre los trastornos de ansiedad, que es su actual área de especialidad. Los clientes con los que trabaja actualmente son, sobre todo, personas con problemáticas de ansiedad. Sin embargo, no es la única área de especialidad de su equipo terapéutico. También son especialistas en psicología infantil y juvenil, en psicología perinatal (que trabaja todo lo referente al embarazo, posparto y maternidad), psicoterapia de pareja y familia, trabajo con trauma, depresión, autoestima, etc. También trabajan desde la logopedia, la nutrición y la fisioterapia. En su adolescencia, Eva tuvo que acudir a una psicóloga por problemas de ansiedad. Coincidió con el momento en el que tenía que decidir hacia dónde orientar su futuro académico. La experiencia de hacer psicoterapia le encantó y fue donde decidió que quería dedicarse a la psicología. Le encanta su trabajo y considera que es una de las profesiones más bonitas que existe, aunque también es muy dura. El motor que le ayuda a seguir es el feedback de sus pacientes, ver cómo van mejorando día a día y cómo consiguen sus objetivos. Afirma Eva que el suyo es un trabajo en el que realmente sientes que lo que haces sirve para algo.
¿Cuál creéis es la diferencia entre acudir con un coach y con un psicoterapeuta profesional?
Este tema genera bastante controversia. Legalmente, los únicos profesionales que pueden hacer psicoterapia y tratar problemas de tipo psicológico y mental son psicólogos clínicos y sanitarios. No olvidemos que la psicología es una ciencia con base y evidencia científica probada para el tratamiento de los problemas de salud mental.El coaching y otras pseudoterapias no tienen base ni evidencia científica y, legalmente, no tienen la capacidad de tratar temas de salud mental. Si no trataran estos temas, no habría ningún problema. El problema es que, muchas veces, estos “profesionales” se atreven a tratar problemas para los que no están legalmente habilitados.Por tanto, para mí la diferencia es indiscutible. Si alguien tiene problemas de salud mental, el profesional a quien debe ir es a un psicólogo o psiquiatra, no a un coach o terapeuta.
¿Cuales son las modalidades de psicoterapia que ofrecéis en vuestro centro?
Las profesionales de mi equipo están especializadas todas en el tratamiento de la ansiedad y, además, tienen otras especializaciones para el tratamiento de cuestiones como las siguientes: trauma, duelo, depresión, fobias, problemas de pareja y familia, autoestima, crecimiento personal, crisis vitales, gestión emocional, etc.Dependiendo del motivo de consulta de la persona, se hace una derivación a una u otra profesional del equipo.
¿Qué consejos me darías para aprovechar mejor una psicoterapia?
Aunque suene obvio, es necesario querer hacer terapia. No se puede iniciar un proceso de psicoterapia sin tener la voluntad de hacerlo. Es importante tener un motivo de consulta y una demanda, es decir, unos objetivos a trabajar en la terapia. En base a esto, junto con el psicólogo, se establecen unos objetivos terapéuticos y una hoja de ruta del proceso de terapia.También hay que estar motivado e implicado en el proceso, ya que suele implicar también trabajo fuera de la consulta.