Ángel López Meiriño nació en Alemania hace 55 años y a los 9 su familia se mudó a Sabadell. Se considera una persona curiosa y por eso le gusta aprender todo lo posible. A los 24 años empezó a formarse como profesor de yoga, y su devoción por esta disciplina abrió su primer centro de yoga en Sabadell. Asimismo, Ángel siguió formándose como profesional en terapias naturales. Iniciaron el proyecto de Centre Namaskar en 1994, cuando para la mayoría de las personas el yoga era una actividad para gente un poco rara. Durante estos años han acompañado a miles de personas con problemas físicos, emocionales o existenciales. Ofreciéndoles técnicas como el yoga, el taichi, las terapias naturales o infinidad de talleres para el autoconocimiento y el crecimiento personal. Se adaptan a los nuevos tiempos incluyendo las actividades online con el propósito de seguir acompañando a personas que necesiten mejorar su bienestar personal en cualquier lugar.
La especialidad del centro de yoga de Ángel es enseñar a las personas a vivir mejor, mejorar la postura, la alimentación o la actitud frente a la vida. Lo que más les piden las personas que acuden a Centre Namaskar es aprender a relajarse para gestionar el estrés, la ansiedad, dolores de espalda por trabajo o lesiones crónicas. El interés por el autoconocimiento ha sido el gran motor de Ángel, quien considera que para vivir mejor tenemos que conocernos más. Hay que conocer mejor el cuerpo y la mente. Lo que más le motiva para seguir desarrollando su actividad con el mismo entusiasmo con el que empezó es seguir aprendiendo y poder compartir ese conocimiento con sus alumnos y clientes. Afirma que para poder ofrecer algo bueno para los demás, hay que aplicarlo en la propia vida.
¿A qué tipo de personas conviene participar en los retiros espirituales y de meditación que organizáis?
Recomendamos el disfrute de los retiros espirituales a cualquier persona que desee disfrutar de un tiempo para estar consigo, para relajarse, tomar perspectiva con lo cotidiano que nos absorbe completamente. Para mí es una manera de volver a casa, de recuperar nuestro centro.
También puede ayudarnos la asistencia a un retiro cuando estamos en un momento vital de cambio, de tomar decisiones o de iniciar cualquier proyecto, porque nos da la distancia necesaria para ver con perspectiva. En general, las personas que vienen a hacer un retiro de yoga y meditación comparten al finalizar que les ha ayudado a poner un poco de orden en su interior, además de pasarlo bien y compartir la experiencia con un grupo de personas afines, que siempre es agradable.