La Doctora Legorburu, acupuntora en Barcelona, nació en esta misma ciudad y cursó sus estudios de medicina en el Hospital de Sant Pau. Más tarde empezó a estudiar acupuntura. En aquellas épocas había poco para elegir y comenzó en la Universidad de Toulouse, está diplomada por una escuela de Sri Lanka y también cursó estudios en Pekín. Hace más de 20 años, junto a unos compañeros, crearon el primer máster de Acupuntura para médicos en el cual colaboró durante 10 años y aún sigue en vigor.
Le gusta la medicina y considera que la vocación asistencial se tiene o no se tiene. La Doctora Legorburu trabaja en Barcelona en su clínica particular, donde atiende a la gente con la tranquilidad y tiempo que precisa. Hace más de 30 años que funcionan de forma que ahora puede parecer «artesana», pero que hace que el paciente sepa que siempre le va a atender la misma persona, que sabe quién es y que siempre tienen un hueco para él o ella si le hace falta.
También trabaja en Vic, en la Clínica Sant Josep, de la misma forma, pero en un centro con múltiples especialidades. De hecho, este fue el primer centro de la comarca en incorporar acupuntura dentro de sus especialidades. Aunque trabaja sola, deriva y consulta a especialistas contínuamente ya que es necesario practicar una medicina integrativa donde salga ganando el paciente con todo lo que le pueden ofrecer.
Uno de los atractivos de trabajar con acupuntura es que pueden hacer de médico de cabecera, utilizando más posibilidades terapéuticas y nunca saben si va a aparecer una artrosis cervical o una ansiedad. Esto es algo que Margarita considera estimulante, ya que no permite funcionar con “piloto automático”.
Considera que el peligro de especializarse demasiado es acabar como en la medicina oficial, que el que te mira el ojo no te mira la pierna, mientras que en su consulta todo es importante y nunca pierden la visión de conjunto. Explica que, con los años, es posible que cada acupuntor desarrolle más una tendencia, como en su caso es la de la fertilidad y los tratamientos durante el embarazo.
De la acupuntura te enamora todo. Es fascinante desde su parte antigua y filosófica con su explicación tradicional de hace miles de años hasta la explicación científica.
La realidad es que ir al «meollo» del problema es muy diferente que ir tapando síntomas (anti-ácido, anti-hipertensivo, etc.). Vamos más allá ayudando a que la persona pueda resolver su problema de salud. Y, muchas veces, complementando a las medicaciones hacemos que estas se puedan reducir o ajustar mejor.
Lo recomiendo por la falta de efectos secundarios y la gran seguridad para el paciente, que al final es el que nos importa.
¡Sin agujas no hay acupuntura!
Los resultados son muy buenos. Son infinidad las patologías a tratar y miles los trabajos que avalan con evidencia científica estos tratamientos.
Hay grandes bloques como el tratamiento del dolor: desde artrosis de cualquier parte, migrañas, cicatrices, patología deportiva, dolores oncológicos, etc. Otro bloque sería el referente al sistema nervioso: ansiedad, estrés, insomnio, etc. Otro bloque es la patología de la mujer: dolores de regla, fertilidad, embarazo, menopausia.
Asimismo proporcionamos tratamientos para ayudar a sobrellevar los tratamientos oncológicos, y un largo etc.
La primera visita necesitamos aproximadamente una hora. En las siguientes, con media hora es suficiente. Las agujas se dejan durante 20 minutos habitualmente. Una consulta evaluativa es una primera visita completa, ya que veremos la patología de la persona tanto a nivel occidental como después con una vista diferente y podremos valorar qué le podemos ofrecer. La consulta se puede solicitar a través de la web o por teléfono, que es lo más rápido y fácil para escoger hora.
En la clínica de la Doctora Legorburu, la acupuntura es la técnica oriental y milenaria con la que se trata a los pacientes de un modo holístico, yendo al meollo de la patología en vez de limitarse a tratar los síntomas como en demasiadas ocasiones sucede con tratamientos convencionales. Para ello, la Doctora Legorburu realiza una evaluación integral de la situación del paciente, buscando siempre una visión de conjunto que le permita realizar un diagnóstico integrativo y, tras este, escoger el tratamiento más adecuado para la situación individual de cada paciente.