Fabricio Robles es un venezolano de 37 años. Estudió cocina y creció como profesional en los mejores restaurantes y hoteles de Caracas. Después vivió y trabajó en distintos países para aprender más sobre las muy diversas cocinas del mundo y enriquecer su pericia culinaria con los distintos ingredientes y técnicas de otras culturas.
Llegó hace tres años a España, y tras haber trabajado tanto en restaurantes de cocina tradicional como fusión y aprender todo lo posible sobre la gastronomía española, sintió la ilusión de emprender su propio proyecto como chef personal para atender y complacer los gustos de aquellos amantes de la cocina que quieran dejarse mimar y disfrutar de la alta cocina. Diseña menús personalizados adaptándose a la ocasión y gustos del cliente y se ocupa de las compras, cocinar in situ, servir la mesa, explicar a los comensales lo que van a degustar y recoger y dejar todo limpio antes de marcharse. Está especializado en cocina latina y mediterránea, pero domina diversos estilos y disfruta tanto de la cocina tradicional como de la fusión.
Suele trabajar en solitario, aunque en ocasiones cuenta con la colaboración de un ayudante de cocina o una camarera para atender los encargos de mayor envergadura. Además, su esposa, que es diseñadora gráfica, es quien ha creado toda la estructura corporativa (web, redes, tarjeta, folletos…) y le ayuda con los temas de comunicación. Este proyecto le permite desarrollar su creatividad como chef, le supone el desafío de estar siempre creando algo nuevo para presentarlo ante clientes nuevos y en nuevos entornos y le permite horarios conciliadores con la vida familiar.
La personalización, la presencia y la inmediatez. El chef cocinará para ti y para tus invitados, para nadie más. Por lo tanto tienes toda su atención y se centrará en satisfacer tus gustos y necesidades. El chef personal diseña un menú a tu medida, se adapta a tus horarios y a tu ubicación, puedes ver los ingredientes sanos y frescos que utiliza, ves cómo cocina y prepara los platos, y una de las cosas que más gusta es que puedes conversar con él y te explica los detalles de lo que vas a comer.
Te da la oportunidad de tener una experiencia gastronómica sin preocuparte de nada.
En primer lugar, compro ingredientes ecológicos en tiendas certificadas dando preferencia a la proximidad y la calidad. También adquiero productos a granel para evitar los envases de plástico. Y, por supuesto, separo correctamente todos los residuos para que estos puedan ser reciclados.
Además, me preocupo por no malgastar alimentos tanto a la hora de cocinarlos como a la hora de servirlos. Es decir, aprovechar al máximo cada ingrediente y no hacer comida en exceso que termine en la basura.
Se trata de potenciar los sentidos. Hay ingredientes afrodisíacos, pero además juego con los colores, las texturas, los olores y los sabores. La presentación es muy importante y uso combinaciones en las que cada ingrediente tiene un papel destacado, de manera que el conjunto aporta una experiencia gastronómica romántica.
En general los contrastes, los mariscos, las especias, el caramelizado, el chocolate, las texturas esponjosas como el mousse y los pequeños toques de color rojo me ayudan a diseñar este tipo de menú.
Cocino el menú en el domicilio del cliente y se lo entrego en óptimas condiciones para que él se lo lleve donde quiera. Lo hago con ingredientes y técnicas adecuadas para la conservación de los alimentos y lo entrego en envases que no permiten su derramamiento para que el desplazamiento se realice con seguridad y la presentación siga intacta. Además para ser fiel a mi ética ecológica, los envases son biodegradables. Por último siempre aconsejo a los clientes que lleven el menú dentro de una nevera de viaje.
El servicio de chef personal que ofrece Fabricio Robles es ideal para aquellos que quieren reunir las ventajas de acudir a un restaurante excelente pero degustando el menú en la intimidad de su propia casa. Además, permite un control absoluto de la calidad de los ingredientes y del proceso de cocinado, junto con la posibilidad de ser ilustrado por el propio chef respecto a su magia culinaria.