Ana Isabel Vilar, de 47 años, nacida y residente en Alicante, es madre de dos adolescentes, esposa, ama de casa autónoma y, según sus hijos, “un todoterreno”. Llegó a la profesión de perito calígrafo porque en una empresa anterior, fueron denunciados por un empleado por falsedad documental y perdieron el juicio bajo la determinación de que la firma del empleado había sido falsificada. Ana, sabedora de que la acusación era falsa, fue presa de la indignación y decidió informarse sobre la materia. Buscó cursos, universidades…y encontró su vocación.
Todo lo que estudió al respecto le llevó a querer saber más y más, y finalmente a orientar su vida profesional a esta labor. Fruto de ello, en el año 2006 montó su empresa. Explica Ana que la de perito calígrafo, es una profesión solitaria en la que al principio te apoyas en otros profesionales para que te supervisen, para luego pasar a ser supervisora de otros profesionales una vez alcanzas un rango de experta reconocida, ayudando a los nuevos profesionales en sus primeros pasos.
Ana se graduó en las tres ramas de la Criminalística Documental: Pericia Caligráfica, Documentoscopia y Psicografología, pero se especializó con mayor énfasis en las dos primeras.
Un laboratorio de Criminalística Documental que se precie debe tener un mínimo de medios técnicos (aparatos) para poder determinar todas las posibles pruebas que se presenten en base a cualquier modelo de falsedad documental.
Estos medios técnicos deberían de actualizarse conforme avanzan los estudios sobre la materia, y complementarse con los anteriores. A su vez, el propio perito debe estar en continua formación y actualización, realizando, participando o exponiendo resultados de nuevas investigaciones en congresos, asociaciones, etc.
El instrumento que mayor uso se le da en este campo es al microscopio, en prácticamente, todas sus modalidades; estereoscópicos, binoculares, digitales e incluso biológicos, con diferentes aumentos y distintos campos de visión visible e invisible. Quizá este es el instrumento inicial por defecto, porque te permite estudiar los trazos, los puntos de ataque y escape, signos complementarios y movimientos con escaso pigmento, imperceptibles al ojo humano, pero visibles mediante la microscopía.
No lo considero recomendable, sino imprescindible tener como mínimo un microscopio que te permita visualizar con diferentes aumentos, y que estas visualizaciones se puedan mostrar en el Informe sin haber sido manipuladas; y por lo que se requiere de un buen programa de tratamiento de imágenes con visual de las cámaras a tiempo real. Aunque este mínimo material solo te permita realizar cotejo de letras o autentificación de firmas, para empezar, es el porcentaje más alto de casos con los que un perito se va a encontrar.
En los supuestos de que a ese principiante se le solicite un estudio sobre agregados, tachados o cuestiones relacionadas con antigüedad de tintas, datación relativa o similares, si no tiene los aparatos adecuados para realizar ese tipo de estudio, tiene dos opciones: o lo rechaza por no estar capacitado materialmente para realizarlo, o se auxilia de algún laboratorio que sí posea este tipo de aparatos como es el caso de Rodríguez & Vilar Asociados.
La Grafística es la ciencia que estudia todo lo relacionado con la escritura manuscrita, ya sean firmas, textos, números, signos, graffities, etc. Testamentos ológrafos, anónimos, identificación de autoría o similares, determinando la autenticidad o falsedad de los mismos y su autor en los casos que se solicite.
La Documentoscopia es la otra rama que estudia el soporte y sus componentes no manuscritos; modelos de soporte como el papel, cartón, cartulina, cristales, paredes, puertas, etc, y sus componentes no manuscritos; sellos, escritura mecánica, (escáner, fax, fotocopia, impresión…), grapas o clips, o cualquier otro elemento que pueda estar sobre el soporte. Ambas disciplinas pueden complementarse entre sí, siempre y cuando así se solicite, o así lo vea el perito obrante.
Usualmente no van combinadas porque se solicita la autenticidad o falsedad de una firma o manuscrito, o su autoría, y en ningún momento se paran a pensar que a lo mejor la firma es auténtica pero el soporte es falso, me explico, esto sucede sobre todo en documentos reproducidos mecánicamente, fotocopias o escáner, que la firma sí es auténtica de la persona a la cual se le atribuye pero esta no reconoce el documento, con lo cual, probablemente hayan cogido su firma y la han insertado en un documento para darle validez al contexto de forma ilícita.
Y en otros casos, sucede al contrario, te solicitan que verifiques el soporte y olvidan la parte manuscrita, por ejemplo: determinar si dicho soporte se corresponde con la data expuesta, esto es, un estudio documentoscópico, pero a lo mejor el soporte sí es antiguo pero la firma es actual, por ende, el documento sería igualmente falso. Esto se determina realizando un estudio basado en la antigüedad de las tintas. No obstante, el experto deberá siempre de informar al cliente independientemente del objeto de estudio que le soliciten. Si observa alguna anomalía en el documento a estudiar, deberá notificarlo a su cliente o al juzgado que lo haya designado.
No considero que existan fallos comunes. Por mi experiencia existen indicadores comunes que hay que verificar o descartar según el caso. Por ejemplo: si se observan temblores, paradas, reenganches, etc, en una firma es un indicador de posible falsedad, siempre y cuando su autor no tenga esas características como inherentes suyas debidas a alguna posible patología física o psíquica.
También se cometen errores por falta de información: el caso de una persona ebria que firma y posteriormente niega dicha signatura alegando que no se le parece nada a la suya. La información no debe condicionar al perito sino ayudarle a tomar la muestra de escritura específica en cada caso.
No podría determinar patrones comunes de falsificación, cada caso es distinto y como tal se debe tratar. Yo me he encontrado incluso con personas que saben firmar con ambas manos y cada firma, según con la mano que la realice, mantiene unas características distintas.
Ana Isabel Vilar nos ha explicado con minuciosidad algunos detalles de su labor como perito calígrafo judicial y experta en grafística y documentoscopia. Esta especialidad, y los detallados conocimientos que profesionales como Ana manejan, es un arma que el sistema judicial tiene en su lucha contra la mentira y la delincuencia y en pos de que prevalezca la verdad y la justicia. Ana llegó a esta profesión precisamente por una mala experiencia en la que la justicia dio la razón a un delincuente, por lo que exprime sus conocimientos en cada caso para evitar la repetición de un error semejante.