Juan Solís Sarmiento tiene 64 años de edad, es natural de Villaverde del Río, un pueblo de Sevilla, y lleva ejerciendo como notario desde el año 1984. Empezó siendo notario de un pueblo cercano a Almería llamado Fiñana, allí estuvo un par de años y se trasladó a Villamartín, Cádiz donde estuvo tres años.
Luego fue notario en Morón de la Frontera y de Carmona, ambos pueblos de Sevilla. En 2001 hasta la actualidad ejerce de notario de Tomares, donde espera jubilarse. Su área de especialización es el derecho civil, aunque en Notaria se tocan casi todas las ramas jurídicas, como el derecho mercantil, fiscal, entre otros.
Tuvo claro que el derecho era la carrera que quería hacer desde siempre, pero fue cursando la misma donde descubrió la rama del derecho civil, y concretamente el derecho sucesorio. Quiso especializarse y profundizar en la materia, así fue como decidió ser notario.
En Notaria de Tomares recibimos solicitudes varias cada día, y aunque el abanico es bastante amplio, destacan con mucha frecuencia los testamentos, herencias, compraventas, hipotecas, sociedades, actas. La solicitud del cliente se procesa de forma personalizada y buscamos la eficiencia absoluta en cada oportunidad.
Nosotros los notarios nos tenemos que regir por los aranceles notariales que estipula el Estado. Estos aranceles se fijan según la cuantía de la operación. No obstante, existen otros tipos de escrituras como los poderes, testamentos y actas, que son documentos sin cuantía, y el arancel marca su valor económico concreto.
Desde siempre supe que Derecho era la carrera que quería cursar, pero fue durante el desarrollo de la misma donde descubrí la rama de Derecho Civil, y concretamente Derecho Sucesorio, y quise profundizar en la materia. Así fue como tomé la decisión de ser notario y explorar este fascinante mundo en el que llevo tantos años.
La fe pública es un poder estatal que nos confiere a los Notarios el Estado para que a través de nuestra función dar seguridad jurídica a los particulares.