José Luis Zarauz es un fotógrafo autodidacta y madrileño, aunque mallorquín de adopción. Lleva desde que era un niño vinculado al mundo de la fotografía. De hecho, a los ocho años ya sabía defenderse en un cuarto de revelado. Formado por vocación, es un fotógrafo de casta que ha asistido a talleres, workshops, cursos… aunque confiesa que no hay nada como el campo de batalla para aprender el arte de la fotografía.
Con más de 40 años de experiencia, José Luis cuenta en su portfolio con clientes nacionales de primer nivel entre los que destacan compañías del ámbito de la arquitectura como Fomento de construcciones y Contratas, Abengoa, Uralita y otras como El Corte Inglés, Eurest, Air Europa o Spanair. A lo largo de los años su actividad ha pasado por varias etapas.
Desde tener un estudio-laboratorio y tienda a realizar reportajes. Actualmente, su estudio se enfoca en empresas del sector de la arquitectura y en la fotografía de producto. De hecho, colabora con las principales empresas del ámbito inmobiliario y de la construcción de las Islas Baleares. José Luis es la cabeza de su estudio E-Foto Zarauz, que cuenta con colaboradores puntuales que se encargan de tareas como el procesado y la edición de imágenes.
Sin ninguna duda, la tecnología actual ayuda considerablemente facilitando el trabajo y consiguiendo mejores resultados. Los equipos actúan mejor a las luces, por su sensibilidad más alta. Y por su parte, los programas de edición ayudan en la tarea de conseguir un mejor equilibrio de luces y sombras y a corregir las líneas convergentes.
En estos momentos la que utilizo es de la marca Nikon pero en el mercado hay otras que pueden funcionar igual de bien. Para este trabajo se necesitan unas especificaciones concretas como es una gran resolución, calidad de imagen, buena respuesta a un ISO elevado y sobretodo objetivos de altísima calidad y definición, super angulares etc…
Evidentemente no saben de lo que hablan. La preparación para una sesión de este tipo es compleja ya que se necesita una luz específica para cada uno de los elementos que haya que fotografiar. Además, las diferencias según la iluminación empleada pueden ser enormes. Por otra parte, es fundamental el acondicionamiento de los alimentos, estos pueden ser exquisitos al sabor pero lo que realmente importa es que lo sean a la vista.
José Luis conoce bien este combo. Y es que en el campo de la imagen que domina, los macros y los grandes angulares son compañeros de su día a día. Un trabajo en el que la tecnología se pone al servicio del ojo del fotógrafo y en donde el arte se convierte en una ciencia matemática a la hora de calibrar luces y sombras.