La repostería es un mundo dentro de la gastronomía en el que conviven los sabores clásicos, que nos transportan a los mejores momentos de nuestra infancia, con nuevas presentaciones e ingredientes que le dan un toque vanguardista y convierten el producto final en una delicia para la vista y el paladar.
Hoy conversamos con Aymar, una asturiana de 31 años que ha convertido su pasión por la pastelería en su negocio y profesión. Nos comenta que, aunque estudió Derecho en la Universidad de Oviedo, el hobby que heredó de su abuela materna, de elaborar dulces se terminó convirtiendo en su pasión y decidió apostar por ello.
Comenzó gestionando un blog de recetas y con solo 25 años de edad y después de realizar varios talleres de cocina, se animó a abrir su propio negocio de repostería al que bautizó como Ma Petite Patisserie y en el que trabaja junto a su marido Guillermo.
Uno de nuestros lemas y lo que distingue nuestro trabajo, es el minimalismo sobretodo asociado a elegancia y sobriedad, donde predominan los tonos neutros, pastel y los acabados perfeccionistas y con simetría. Intentamos alejarnos de los colores excesivos y ser fieles a nuestro estilo en cada creación.
En todos los talleres que impartimos utilizamos utensilios básicos que cualquier persona pueda encontrar fácilmente o que ya disponga de ellos. Hay talleres en los que podemos utilizar utensilios más específicos pero siempre ofrecemos sustitutos de «andar por casa». Nuestros incondicionales siempre son las espátulas y moldes específicos para cada elaboración.
Una tarta naked está elaborada con distintos bizcochos, de cierto grosor y consistencia, intercalados con almíbar y cremas, dada la textura que tienen podemos levantar tartas de varios pisos.
En el caso de las tartas más tradicionales, este acabado normalmente no se puede realizar por la consistencia más húmeda y blanda; aun así en nuestra carta de sabores hemos adaptado algunas recetas tradicionales, como es el tiramisú a naked, así podemos disfrutar de un rico tiramisú con la estética de una tarta de pisos.
Para una mesa dulce, es importante cada detalle, estos hacen el conjunto perfecto, para ello antes del evento, tenemos entre una y tres citas con los clientes para escoger el estilo de la mesa (afrancesada, industrial, boho), la paleta de colores en la que nos vamos a mover, los sabores de cada uno de los dulces que componen la mesa.
Sobre la tarta, no en toda mesa dulce existe tarta, pero en caso de llevarla integrada, para nosotros, es importante darle un papel protagonista, que esté centrada y con altura, en la mesa de dulces.
Disfrutar de postres elegantes en forma y sabor, y además tener la posibilidad de aprender a elaborarlos a través de los talleres de repostería que imparte nuestra entrevistada, una experta en la pastelería para bodas en Oviedo, es sin duda alguna, una dulce combinación ganadora. Apostar por una pasión como es la repostería y saber darle un toque personal han sido, en este caso, los secretos para el éxito.