Un arreglo floral es siempre un elemento imprescindible en cualquier evento del tipo que sea. También es una de las mejores y más universales maneras de expresar sentimientos de afecto. Elegir la flor adecuada es un arte a dejar en manos de especialistas en el lenguaje de las flores.
Conversamos con la maestra florista, Leonor Antón Pérez, una alicantina de 53 años, propietaria de la Floristería Leo. Un negocio que fundó en 1986, en el que emplea a tres personas que, en los días de más trabajo, se convierten en cinco por la necesidad de contar con refuerzos. Nos comenta que empezó vendiendo flores en un puesto dentro de un mercado y, que en él, se dio cuenta de que le hacía feliz trabajar rodeada de plantas, así que decidió formarse en este campo, hasta llegar a la máxima categoría, que es la de maestra florista. Leo, nos comenta en esta entrevista acerca del precioso mundo de la floristería.
Llegué a obtener el título de maestra florista por aspiraciones personales, lo obtuve con 50 años y sin necesidad de él, pero soy una apasionada de mi trabajo y mi interior me pedía que lo hiciera, así que tuve la gran oportunidad de hacerlo muy cerca de mi casa, en la sede de una escuela muy buena. Cuando empecé me causó un gran descontrol, resulta que ser maestra florista era olvidar todo lo aprendido hasta entonces y empezar a trabajar de otra manera. Fue duro, lo reconozco, pero no cambio ni una coma de todo lo que aprendí. Es la categoría más alta dentro de mi gremio y como tal requiere de un aprendizaje duro. La verdad es que después, con todas las cosas aprendidas, logras realizar trabajos chulísimos y diferentes. Aprendes a elaborar objetos florales partiendo de una historia, con un porqué de cada paso que das y dicen tantas cosas sin palabras, que, luego, cuando veo la cara de satisfacción de los clientes ya estoy más que recompensada.
Uso todo tipo de herramientas para realizar el trabajo, ya sean cuchillos, tijeras, alicates, etc. Y para inspirarme libros, redes sociales, videos propios, etc.
Lo primero es recabar toda la información posible como para que es, donde estará, si a la persona que lo va a recibir le gusta algo en especial o si es para un evento, donde estará expuesto. En fin, cuanta más información mejor; luego buscar inspiración y finalmente construir el arreglo. Nuestros arreglos son siempre personalizados así nuestros clientes saben que, excepto que ellos nos lo pidan, no habrá dos iguales.
En las bodas generalmente, las flores que más se usan son las hortensias; también peonias, en su época; rosas; lilium de distintas variedades. Todas estas flores suelen tener, en sus colores claros, un aspecto muy romántico y es por eso que se usan mucho en bodas, no olvidemos que en las bodas los sentimientos están a flor de piel y estas flores transmiten muy bien estos sentimientos. Cuando se trata de halagar al ser amado las rosas son lo más usado porque siempre son las reinas de las flores, las más elegantes y cuando pensamos en el ser querido, todo nos parece poco, así que las rosas expresan esos sentimientos. En las demás celebraciones se usan casi todas las flores, es más importante el color que el tipo de flor. Los colores expresan bastantes cosas y es así como diferenciamos lo que el cliente quiere comunicar.
Porque un gladiolo o una rosa, siendo ambas flores, tienen significados muy distintos que nos pueden ocasionar un problema si las regalamos sin conocer el valor simbólico de cada una de ellas, confiar en una experta es la mejor solución. Si, además de regalar las flores más apropiadas para lo que queremos expresarle a la persona a la que van dirigidas, el estilo del arreglo es de su gusto, el éxito del presente está garantizado.