El tiempo desvanece el recuerdo de los momentos más importantes de nuestra vida y, a veces es una fotografía la que nos transporta de nuevo, a los instantes que vivimos con mayor emoción. Saber prever estos acontecimientos y contar con el profesional adecuado para que, desde un discreto plano, recoja esas escenas es un acierto que, en el caso de las pedidas de mano, nuestra pareja nos agradecerá seguro.
Conversamos con Leyre Cañizares, que con solo 23 años ya lleva 4 años trabajando como fotógrafa de bodas y familias. Su vida como nómada la ha llevado a trabajar realizando sesiones de fotos en ciudades muy diferentes de todo el mundo, como: Nueva York, Boston, Miami, París, Barcelona, Londres, Oxford. Madrid o Zaragoza.
Ella trabaja sola, aunque en algunas ocasiones cuenta con un segundo fotógrafo, Se encarga personalmente de realizar las fotografías en las sesiones, tratar con las parejas, responder los emails, la selección y edición de fotografías y por último, la entrega de los reportajes. También presta una especial atención a las redes sociales como Instagram y Facebook, subiendo distintos contenidos.
Decidí dedicarme a la fotografía por diversas razones. Por un lado, me encanta capturar instantes, emociones y momentos únicos a través de la cámara para mostrárselos a las parejas y familias. Es una sensación preciosa saber que gracias a tu trabajo, una persona conservará para siempre momentos especiales con su familia, de su embarazo o su boda.
Por otro lado, disfruto muchísimo realizando estas fotografías, jugando con las perspectivas, colores y encuadres. Me encanta poder ser yo la que selecciona esas fotografías y las edita mejorándolas completamente. Otra razón por la que simplemente no es un hobby para mí, es que me es muy importante tener un trabajo creativo, sin jefes ni horarios marcados.
Con este trabajo yo decido cuándo puedo hacer una sesión, el día y el lugar. Decido cuándo editar y en qué país vivir. No tengo limitaciones como en la mayoría de los trabajos, factor especialmente importante para mí, y esto lo he conseguido gracias a la fotografía.
Utilizo la Canon 5D Mark III. Para mi es imprescindible que sea Full Frame ya que en ocasiones trabajo con poca luz y necesito este tipo de cámara para no perder calidad en el trabajo. Me gustaría que fuera algo menos pesada, junto a los objetivos, pero estoy totalmente acostumbrada a trabajar con ella y no tengo pensado cambiar de tipo de cámara o marca.
La pedida de Rubén a Marta! que podéis ver en este enlace: https://leyrefotografia.com/pedida-mano-ruben-marta/. Normalmente planifico la pedida con el novio por email, quedamos en el lugar donde quiere realizar la pedida y yo capturo el momento sin que ella lo sepa. Con Rubén fue distinto, porque empezamos a hacer una sesión de pareja normal, en el Retiro de Madrid.
Teníamos planificado hacer un tipo de foto en el que ella le diera la espalda a él, y en ese momento hiciera la pedida. Fue realmente emotivo porque ella no se lo esperaba para nada y todo salió perfecto. Otra pedida que me encantó fue la de Paul: https://leyrefotografia.com/pedida-mano-retiro-johanna-paul/.
En esta ocasión yo estuve esperando a que ellos llegaran al punto que habíamos acordado. Una vez les ví, Paul hizo la pedida y ella se emocionó mucho, pero me encantó su reacción cuando Paul le dijo a Johanna que todo el momento había sido fotografiado por mí.
Si, coordinar bien la pedida y los detalles es importantísimo, porque es posible que aun habiendo planificado todo, en el momento se cruce alguna persona o pase alguna cosa que estropeé algunas fotos. Por eso, lo mejor es hablar bien de la mejor hora, teniendo en cuenta la luz del sol (ya que yo trabajo con luz natural), avisar al chico para que encuentre un buen momento sin tanta gente alrededor, buscar zonas de sombra y que se asegure haberme visto antes de hacer la pedida.
Yo siempre voy con el miedo de que ella me vea antes de hacer la pedida, pero simplemente disimulo haciendo que estoy fotografiando el paisaje.
Cuando es en un lugar público es fácil que ella ni se fije en que yo estoy allí. En el momento que él realiza la pedida, ella está tan pendiente de ese momento que no se da cuenta que yo estoy a dos metros fotografiando todo.
Cuando la pedida acaba, los novios siempre me señalan para que ella sepa que he estado fotografiando todo y siempre me comentan que ni se habían fijado en que yo estaba allí.
Trabajar de manera independiente como fotógrafo de pedidas de mano, fotógrafo de bodas y fotógrafo de eventos en Madrid, te puede dar la oportunidad de desarrollarse profesionalmente teniendo la posibilidad de viajar por el mundo dedicándose a ello. Pasar desapercibida en esos instantes, conocer bien la técnica, tener complicidad con la pareja y saber que estás recogiendo momentos únicos son algunas de las claves para realizar un trabajo memorable.
