Verónica reside en Madrid desde muy pequeña, aunque nació en Almería hace 35 años. Lleva más de 15 siendo diseñadora gráfica y se formó como fotógrafa profesional hace 6 años. Ha desempeñado diversos trabajos, pero aspiraba a divertirse mientras trabajaba y por eso se encaminó hacia la fotografía infantil tras probar en diversas modalidades fotográficas.
Verónica gestiona su proyecto empresarial de fotografía infantil de manera integral ocupándose de todas las fases de cada sesión fotográfica: desde la reserva de la cita, realizando las fotografías, editándolas en postproducción y entregándolas al cliente.
No obstante, Verónica explica que está rodeada de gente maravillosa con quienes colabora y que le prestan sus servicios en todo lo necesario para llevar a cabo sus sesiones: atrezzo, decorado, pastelería, etc. Ellos también tienen parte de responsabilidad en el éxito de sus sesiones fotográficas. Verónica está especializada en fotografía infantil, y de manera más específica en el último año, en las sesiones de fotos denominadas “smashcake”.
Lo que más disfruto es el volver a ser niña mientras dura cada sesión, ya que intento ponerme a la altura de quien fotografío y realizo a mano cada decorado, personalizándolo con cada temática. Me lo tomo como si fuera un juego.
La cámara que utilizo siempre es la misma. Por el momento sigo con mi cámara reflex y espero que me dure mucho tiempo, ya que el equipo es bastante caro.
Depende un poco de la edad del niño: cuando son muy pequeños, creo que puede dar un poco más igual, pero a partir de una edad, ya son un poco más conscientes y sí creo que recrear para ellos un mundo de fantasía que tenga resonancias con su imaginación les hace sentir muy especiales y disfrutan muchísimo las sesiones.
También es notable la evolución que ha tenido la fotografía infantil. Antes, o al menos lo que yo recuerdo, las sesiones de fotos eran aburridas y te hacías fotos porque en parte los padres te obligaban, pero ahora eso ha cambiado muchísimo. Los decorados y las temáticas ya no son lo que eran y los fotógrafos estamos especializados en tratar con niños, lo que ayuda mucho al modelo a dejar la vergüenza y la inseguridad a un lado y mostrar ante las cámaras su verdadera personalidad.
En las sesiones de cuento, efectivamente cada uno tiene su decorado, su atrezzo y su vestuario. De hecho, no nos gusta repetir y aunque nos salgan temáticas iguales, siempre cambiamos alguna cosa. Por lo que al final cada cliente tiene su sesión personalizada que es única.
En las sesiones smashcake comenzamos con unas fotografías más formales, donde el pequeño suele aparecer con un vestuario más arreglado y elegante, ya que la ocasión lo requiere. Pero cuando llega el momento de la tarta, si que recomendamos que vayan más ligeros de ropilla, para que sea más cómodo para el bebé, tanto el moverse como el pringarse con el pastel.
Normalmente se les deja sin camiseta y solo con pantalón, faldita, tutú o cubrepañal.
Nosotros no tenemos problema en que aparezcan las mascotas en estas fotos, de hecho en algunos casos nos lo han pedido y se ha hecho, pero es siempre algo rápido de un par de fotos y ya está, porque si ya es un jaleo controlar un bebé con una tarta, sumarle una mascota ¡puede ser caótico!
Como Verónica nos ha explicado, la fotografía infantil ha evolucionado para convertirse en una experiencia que los niños disfrutan. Han dejado de ser elementos pasivos de la foto que aguardaban a ser retratados, por lo general de manera idéntica y sin capturar su personalidad. Hoy en día, la sesión fotográfica es un juego más donde el bebé o infante puede expresarse, disfrutar y regalar al fotógrafo parte de sí mismo para que este lo plasme en las fotografías.