Mary Guillén es hija de fotógrafos, por lo que la fotografía ha estado en su vida desde antes de que naciera en Mairena del Alcor (provincia de Sevilla). Mary se crió entre cámaras, carretes, cubetas de revelador y todo lo relacionado con la fotografía. En la adolescencia comenzó a formarse para poder expresar sus propias inquietudes y plasmarlas mediante la fotografía.
Mary comenzó su aventura empresarial hace 27 años haciendo un poco de todo. Pero en el decurso de los años se ha ido especializando en lo que más le gusta: los reportajes de boda y el retrato. Ambas son vertientes de la fotografía le apasionan
Siempre le han gustado mucho las personas, comunicarse con ellas, observar, sentir… Para Mary Guillén, la fotografía es la mejor manera de contar todo lo que le hace vibrar y emocionarse. Se considera una privilegiada por trabajar fotografiando personas y poder sentir y hacer sentir a los demás. Su trabajo le lleva muchos lugares distintos del mundo realizando bodas, postbodas y prebodas, proporcionándole bellas experiencias que disfrutar.
Lo que más me entusiasma es contar un momento tan importante de la vida de dos personas, de su historia, algo que no solo perdurará en el tiempo sino que te hará eterno. La vida pasa y solo nos quedan los recuerdos; por eso es tan importante contar con un buen profesional el día de la boda, ya que será lo único que te traslade al momento vivido y será lo único que podrás compartir con generaciones venideras. Es tu historia, ¡es lo que te hará eterno!
Para mí, el procedimiento más importante es la empatía. Evidentemente, tienes que estar muy formada sobre aspectos técnicos, iluminación, composición… todo lo que se puede estudiar e investigar, pero lo más importante es el sentir. Pienso que trabajamos con algo muy lindo como son los sentimientos, las emociones y si tienes que plasmar emociones ,las tienes que sentir dentro de ti: para contar tu historia debo ponerme en tu lugar.
¿Consejos? Que sean naturales, que se dejen llevar por sentimientos, que lo vivan a tope, ¡y que no den mucho la lata con los móviles!
En la ropa, evidentemente, no me meto, ya que creo que cada persona debe ir como le apetezca. Si me piden opinión pues ahí sí les digo lo que pienso, pero si no, ¡pues a su aire!
En cuanto a la iluminación y los escenarios, si puedo aportar algo, claro que doy algún consejo, pero creo que el día de la boda mi misión es contar lo que realmente está pasando. Yo llevo mi propia iluminación y lo que intento es realzar el lugar e iluminar tal como mejor me venga para lo que en ese momento quiera contar.
Mary Guillén combina su capacidad empática para percibir y compartir los sentimientos de sus clientes con su talento artístico. Todo ello aderezado por los conocimientos acerca del arte fotográfico que ha aprendido durante su formación y ya larga trayectoria como artista. Poniendo la técnica al servicio de la sensibilidad, Mary esculpe sentimientos en forma de imágenes y proporciona a sus clientes un pasaporte a la memoria eterna de aquellos momentos que captura y que convierte en imperecederos de la manera más hermosa.