Javier Pérez tiene 29 años y es entrenador personal en Sevilla desde hace 6 años, acreditado por la NSCA de Estados Unidos desde 2015. Actualmente es opositor a bombero y diplomado en Magisterio de Educación Física. Trabaja como autónomo. Emprendió este camino hace ya unos años cuando finalizó la universidad y fue todo un reto como cualquier proceso de inicio que uno desconoce. Estuvo primero trabajando con familiares, amigos y luego ya dió el salto a la especialización deportiva y al entrenamiento personal.
Principalmente su especialización es deportiva en boxeo y atletismo y el entrenamiento de fuerza aplicada a diferentes poblaciones, aunque también ayuda a la preparación física a otros opositores de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad así como a propios bomberos.
Lo que le motivó a hacer este trabajo fue su propio estilo de vida. Era muy fácil para Javier poder transmitir los valores y conocimientos que ya tiene y lleva a la práctica día a día con el aprendizaje de tantos profesores y compañeros sumadas a las experiencias personales como deportista.
Ser entrenador personal es ser un ejemplo y un docente en la enseñanza de hábitos saludables para cualquier tipo de población. Significa una alta responsabilidad y cargo, pues de lo que tu enseñes depende en gran parte la calidad de la vida de las personas en cuanto a su movimiento. De ahí la importancia en una calidad en el aprendizaje del mismo.
No existe una metodología específica en sí si no estrategias y herramientas aplicadas a momentos concretos según el grupo-edad y la experiencia de las personas. Al fin y al cabo es un aprendizaje. Si tuviera que decantarme por una metodología para niños sería totalmente lúdica donde trabajase todas la cualidades físicas básicas del movimiento de forma indagatoria : saltar, correr, reptar, etc- si fueran más adultos, el aprendizaje probablemente sería más instructivo pero en ningún momento dejaría el componente lúdico de lado. Aprendemos más fácil por diversión y eso nos motiva.
Así es. Como ya cité anteriormente, es ser un ejemplo para muchas personas tanto en los hábitos del ejercicio como de alimentación. Es por ello por lo que la figura de un entrenador personal debe rehacerse continuamente con una amplia gama de información y de compañeros profesionales en el sector como nutricionistas y fisioterapeutas en los que apoyarse para el tratamiento de patologías más concretas sabiendo claro su ámbito de actuación.
Principalmente comodidad y tiempo. Me explico. Comodidad porque puedes dedicarte únicamente a entrenar bajo las indicaciones de un profesional sin necesidad de requerir información extra o ser autodidacta. Y tiempo, en el sentido de resultados. Uno de los principales motivos por lo que las personas abandonan el entrenamiento o rechazan la educación física desde pequeño es porque precisamente no se les hizo atractiva y con ello posteriormente el fracaso hacia el ejercicio. Por eso, me gusta siempre incidir, que lo que un entrenador personal debe conseguir además de los resultados perseguidos por sus clientes, es que estos se mantengan por mucho tiempo activos y para ello hay que enseñar de verdad a las personas a que sean más autónomas y conscientes en la importancia y necesidad del ejercicio como forma de vida.
El beneficio de no solo obtener resultados a corto plazo, sino de asegurarlos en el tiempo y realizarlos de forma segura creando un hábito de vida.Además, la mayoría de las veces se recurren a métodos muy drásticos como podría ser perder unos kilos demás que probablemente y sin hábito, vuelvan una y otra vez a retomarse.
Dice el entrevistado que sin una persona que sepa, hay “todos” los inconvenientes a la hora de entrenar. Como le enseñó un profesor en la universidad “ el ejercicio físico en sí no es bueno” siendo más los inconvenientes que ventajas a las que uno se puede exponer si la práctica del mismo no es supervisada, es decir, sin el ajuste de una dosis adecuada a cada persona al igual como en la medicina. Y esa dosis la sabe el profesional. Además, está demostrado, que la mayoría de las personas cuando se inician en un hábito de ejercicio sin conocimiento, acaban dejándolo por dolores, molestias o lesiones.