José Luis es un valenciano de 40 años que tras viajar en 2014 a Tailandia y Nueva Zelanda decidió perseguir su sueño y formarse en diversas técnicas de masaje oriental para así dedicarse a lo que realmente le llena. Licenciado en ADE y empleado durante años en diversos ámbitos, hoy en día conjuga su trabajo como administrativo con la dirección de su empresa personal. La lleva en solitario para adaptarla mejor a sus inquietudes y necesidades.
José Luis se considera una persona con sed de conocimiento y con la mente abierta para descubrir nuevas maneras de ayudar a los demás a todos los niveles (físico, espiritual y emocional), por lo que se sigue formando pese a su ya dilatada formación en el mundo del masaje y el yoga: durante dos meses estudió en Chiang Mai (Tailandia) acerca de Masaje Tradicional Thailandés; en Bali sobre masaje balinés. Ya en España ha aprendido masaje Ayurvédico, quiromasaje y otros tipos de masaje. Además, es profesor de Kundalini Yoga y lo practico desde hace 9 años. Considera que antes de formarse solo era un alma libre con mucho potencial pero sin técnica, por lo que no cesa en su labor de seguir aprendiendo para proporcionar a sus clientes las técnicas más depuradas y beneficiosas.
Es un masaje muy particular que pocas personas en Valencia conocen. Por lo general, la gente que lo demanda o son extranjeros o lo han descubierto en algún viaje a Tailandia. Me gusta mucho porque es cómodo de realizar, ya que no hace falta ningún tipo de aceite o crema y se puede hacer sobre la ropa casi en cualquier sitio. Al consistir en presiones y estiramientos me parece muy completo. Los retos que he encontrado son debidos a la mala fama o al engaño de que algunos tipos de masaje erótico reciben el nombre de masaje tailandés, lo que provoca que unas pocas personas en ocasiones llamen pidiendo otro tipo de servicios. Por suerte, al ser un hombre, los que buscan ese tipo de masaje suelen irse. Por eso en mi web puse mi foto para que la gente sepa quién soy. Otro desafío consiste en que normalmente se buscan masajistas tailandeses, por lo que al ser español algunos se echan atrás, pero todos los que se animan salen satisfechos de los resultados.
Bueno, al ser yo el unico masajista supongo que yo, ¿un poco de sentido del humor no viene mal, verdad? Realmente, este tipo de masaje se puede hacer en cualquier sitio con alguna base blanda para no hacerse daño y con el uso de manos, pies, rodillas y codos es suficiente. Es lo cómodo, que se puede hacer en cualquier sitio y en cualquier momento, algo que hace este tipo de masaje realmente atractivo, porque una cosa es su utilización profesional, pero esta comodidad puede ayudar a usarlo en cualquier ocasión.
La mayor diferencia que tiene es que se trata de un masaje que se hace sin aceite y se realiza en el suelo, a base de presiones (parecido al Shiatsu o al Tuina pero en vez de seguir los Meridianos de la Tradición China se basa en los canales energéticos de la tradición ayurvédica (los Nadis) aunque para la cultura tailandesa son conocidos como los Sen; y también se basa en la realización de estiramientos, además de facilitar de forma pasiva la realización de Asanas con lo que se que ayuda también a mejorar la flexibilidad del receptor. Otro factor diferenciador del masaje tailandés es que no se utilizan sólo las manos, sino también los codos, rodillas, y pies, llegando incluso a ponerse encima del receptor en algunos movimientos. Para mí, como masajista también lo veo como una meditación en movimiento, con una secuencia fluida que permite al receptor dejarse llevar por esa sensación, produciendo entonces no solo un trabajo físico si no también más sutil, aunque para ello el estado del masajista es importante.
Yo lo recomendaría cada 3 o 4 semanas, para ayudar al cuerpo a una puesta a punto regular. Recomendaría evitarlo, como en todos los masajes contraindicados porque el cliente padezca un cáncer o esté siendo tratado con quimioterapia. También en aquellos casos en los que haya un problemas venosos o el cliente tenga una piel muy delicada o en casos de osteoporosis avanzada. Tampoco es recomendable para mujeres embarazadas en el primer trimestre de gestación. Y bueno en aquellos casos donde el sentido común muestre que es un poco problemático, como gente anciana que no se pueda recostar en el suelo.
A veces anhelamos vivir el exotismo de otras culturas para desligarnos de la rutina durante un rato. Con los masajes de Thaibisati, esto es posible. Podemos asomarnos a un trozo de la cultura tailandesa que además reactiva nuestra energía y salud y nos procura bienestar y relajación, todo ello en un entorno cómodo y seguro.