Hoy hablamos con Carmen María Rojas Martínez, mujer nacida en Granada hace 35 años y que desde hace 10 se dedica a mi verdadera vocación: la fisioterapia. Comenzó ella sola en su empresa, aunque poco a poco el negocio ha ido creciendo. Ahora Carmen cuenta con dos compañeras más fisioterapeutas con formación en pilates y en su centro también se ofrece servicio de asesoría nutricional y dietética con otra compañera dietista-nutricionista.
La entrevistada estudió la carrera de fisioterapia en Granada, en la promoción de 2006-2009, y posteriormente se ha ido formando y especializando en diferentes áreas: terapia manual, terapia miofascial, terapia cráneo-sacral, pediatría, fisioterapia especializada para músicos, atención especializada en embarazo y post-parto, pilates terapéutico, ejercicios hipopresivos. El centro nació con la idea de poder atender a los pacientes de una manera personalizada, individualizada y más humana. Tras experiencias en otros centros, especialmente en centros de trabajo con compañías aseguradoras, vi que esa no era la manera que consideraba que había que tratar a los pacientes, sólo con «aparatos», y muy poco tiempo para dedicarle a cada paciente. Por ello y para poder desarrollarme como profesional, decidí dejar el trabajo y volcarme en la creación del centro.
Aunque mi verdadera pasión es la fisioterapia y todo lo que engloba, el pilates es una gran complemento como tratamiento de diversas patologías y tomar consciencia de nuestro cuerpo. En mi opinión, algo muy importante del pilates es la consciencia corporal que vamos adquiriendo, observando qué posturas tenemos en el día a día, qué musculatura estamos tensando, y así poder corregirnos. El cuerpo siempre nos está mandando señales para que observemos que algo no va bien, y es muy importante que lo escuchemos, cosa que no solemos hacer habitualmente. En las clases, además de ofrecer un pilates terapéutico orientado a patologías, también se hace un gran trabajo de conexión cuerpo-mente, para, en cada ejercicio, sentir la respiración, qué músculos estamos trabajando, qué zona de la espalda notamos más bloqueada… Creo que es un trabajo muy completo, y de hecho, nuestros pacientes lo notan.
Lo que nunca debe faltar, hagamos lo que hagamos, es el amor por la profesión, las ganas, la ilusión por seguir aprendiendo. Siempre intentamos mejorar y buscar lo mejor para cada paciente, ya que, aunque tengan la misma patología, su tratamiento no debe ser el mismo. Por eso, en cada paciente, hacemos una valoración previa, para conocer más sus circunstancias y tratarlo de una manera más global. Lo mismo ocurre en las clases de pilates, a cada persona le hacemos una valoración previa, para conocer su anatomía, sus molestias, etc., para personalizar más los ejercicios.
Para iniciarse en el pilates sólo hacen falta ganas de aprender y de trabajar. En el centro siempre personalizamos los ejercicios a la condición física de cada paciente, ya que cada uno tenemos acortamientos, zonas más bloqueadas, etc., que no nos van a permitir hacer los ejercicios de una manera determinada, por lo que siempre los adaptamos para que puedan hacerlos de manera correcta sin hacerse daño. Los resultados pueden verse a bastante corto plazo, ya que, como ponemos a trabajar musculatura que normalmente no trabajamos, poco a poco vamos equilibrando nuestro cuerpo y vamos notando que hemos mejorado nuestra postura, nuestras molestias… En pocas clases pueden verse ya cambios, sobre todo a nivel postural y de molestias de espalda.
Casi todas las personas que acuden a nuestro centro vienen por problemas de columna: dolores de espalda, lumbociáticas, contracturas… Patologías agudas o más instauradas suelen necesitar sesiones de fisioterapia previas antes de comenzar las clases, pero para molestias de espalda en general, problemas articulares, tendinopatías, etc, obtenemos grandes beneficios, además de con la fisioterapia, con la práctica del pilates terapéutico, y el ejercicio terapéutico en general. De hecho, a cada paciente le recomiendo ejercicios terapéuticos personalizados, que son muy similares a los que doy en las clases. Además, desde hace unos años, incluyo la práctica de ejercicios hipopresivos en las clases y en alguno de mis pacientes, (además de en la recuperación post-parto), que complementan muy bien el trabajo que se hace en pilates, a nivel de faja abdominal, estiramientos, trabajo respiratorio, trabajo postural…También se benefician mucho de este tipo de ejercicios nuestras pacientes embarazadas, ya que también es muy importante ese trabajo adaptado a ellas, al ser muy necesario el control y la movilidad a nivel de pelvis, caderas, fortalecimiento de la faja abdominal y el suelo pélvico, etc, para la preparación al parto y llevar un embarazo activo y saludable. Cualquier persona puede iniciarse en la práctica del pilates, no es necesario una condición física especial, en las clases tenemos gente desde los 25 años hasta los 70. Nuestro pilates es diferente al que se da en los gimnasios, ya que nuestros grupos son reducidos y es impartido por fisioterapeutas y adaptado a cada persona, así que si os apetece probar, ¡animaos!
Para ser fisioterapeuta di algunos rodeos, ya que me matriculé en Ingeniería Informática, y al poco tiempo descubrí que eso no era para mí, que a mí me gustaba más el trabajar cara al público, con personas. Tras dejar la carrera, hice el Grado Superior de Imagen para el Diagnóstico, y posteriormente, fisioterapia.