Eduardo Ballester nació en Valencia hace 55 años. Reside en la provincia de Sevilla, concretamente en la localidad de Bormujos, desde el año 2003 y ejerce su labor profesional de notario en la capital de la provincia desde el año 2011. Cuando cursaba la carrera de Derecho, como todos los alumnos, valoraba la opción de opositar. Su padre, su abuelo y bisabuelo han sido registradores de la Propiedad y Eduardo empezó la oposición de registros, pero se pasó a la de notarías, ya que ambas cuentan con programas muy similares.
De inicio estaba asociado con otro compañero, lo que tiene a su vez ventajas técnicas y algunos inconvenientes para organizar el despacho notarial. Desde el 2014, Eduardo está en solitario al frente del despacho, que gestiona junto a un equipo de profesionales. Todos ellos tienen una función específica, sean oficiales, auxiliares y subalternos. El conocimiento de su papel por todos y cada uno de ellos es esencial para que el trabajo en equipo del despacho sea eficaz y fluido.
Como notario, Eduardo está especializado en el estudio y resolución de cualquier tema de Derecho Privado. Todos los asuntos se contemplan con la misma ilusión de sacarlos adelante. Explica Eduardo que hoy en día las ramas del derecho están muy entrelazadas entre sí, pero obviamente hay temas que disfruta más que otros y, por tanto, los mira con más interés, como es el caso de aquellos relacionados con el derecho mercantil o sucesorio.
En realidad, no se trata de una opción: cuando se te adjudica una plaza o destino, tienes que abrir el despacho notarial sí o sí, en quince días desde la publicación en el BOP, prorrogable por otros quince. Otra cosa es la elección del lugar y del local de la oficina, temas en los que cabe cierta discrecionalidad, ya que el Reglamento Notarial impide poder instalarte en un edificio donde esté ubicado otro notario o que en los en tres años anteriores hubiera estado otro compañero.
En una pregunta difícil de contestar, porque para la adecuada prestación del servicio, no olvidemos que desempeñamos una función pública, se requiere la conjugación de tres elementos que son esenciales:
A grandes trazos, se puede decir que los clientes se ponen en contacto con la notaría, según los casos, a través de despachos de abogados, bancos o inmobiliarias y en muchos casos directamente o vía la página www.notariaballester.es.
En visita presencial o conversación telefónica o email se requiere la documentación prevista y se valora la viabilidad de la operación. Si no existen inconvenientes para la firma, se preparan los borradores, se remiten a las partes y se cita para la firma del documento.
En mi caso, consideré que la plaza de Cuba es un lugar emblemático para Sevilla, con buena accesibilidad y, lo que es muy importante, con aparcamiento público justo debajo. Ayudó bastante que me lo propusiera mi querido compañero Jaime Soto Madera.
La naturaleza y la complejidad de los trámites notariales puede resultar demasiado abstrusa para los ciudadanos legos en derecho. Por ese motivo, en la notaría de Eduardo Ballester se hace hincapié en la firme voluntad de simplificar la jerga legal para que los clientes tengan un mejor conocimiento de las actividades llevadas a cabo por el despacho y que no lo vean como algo lejano e ininteligible. Para ello, en Notaría Ballester se esfuerzan por ofrecer al cliente un trato ejemplar desde el momento en el que este contacta con ellos. Asimismo, echan mano de todas las nuevas tecnologías que hoy en día existen a su disposición para agilizar en todo lo posible los trámites notariales.