La entrevistada de hoy es Virginia Quetglas, una mujer de 40 años, nacida en Palma de Mallorca y emprendedora. Creó su propia empresa, la Cocina Sana de Virginia Quetglas, la cual ella dirige también. Aunque siempre ha contado con mucho apoyo y ayuda de su familia, sobre todo de su marido.
Es naturópata titulada por Estena y ha realizado un máster en alimentación entre otros cursos. Aunque ha cursado estos estudios, Virginia se considera autodidacta ya que no dejo de complementar sus estudios leyendo e investigando continuamente. Siempre se dedicó a la comunicación.
Fue presentadora de TV durante 10 años hasta que se quedó embarazada y optó por dedicarse a otras de sus grandes pasiones: la docencia, la cocina y la salud. Lleva 4 años impartiendo cursos de cocina que ella misma ha diseñado con una media de 100 alumnos anuales.
Una buena alimentación se refleja en la energía que una persona emana. Se trata de personas felices, alegres, con ganas de hacer cosas… Físicamente se refleja en la piel, el brillo de los ojos, el pelo… Y evidentemente una buena alimentación es aquella que se refleja en una salud óptima, es decir en un organismo que no enferma y que cuando enferma se recupera rápido y sin complicaciones.
A parte de mis queridos electrodomésticos y de multitud de ingredientes lo mejor es utilizar amor y respeto por los asistentes. En mis clases hay personas de diferentes sexos y edades con diferentes procedencias y niveles culinarios. Siempre trato de tener paciencia y mostrar mucha comprensión. Sobretodo cuando noto lo difícil que les puede resultar dejar de tomar algún alimento en concreto o realizar cambios en su día a día a nivel personal y familiar. Que mis alumnos confíen en mí es lo mejor que puede suceder clase tras clase para que pierdan el miedo y se lancen a experimentar.
El curso se lo recomiendo a cualquiera que quiera quererse un poco más porque nuestra relación con la comida expresa muy bien el grado de autoestima que nos profesamos. Diría que es mejor no tener nada en cuenta antes de inscribirse porque cuanto más se piensa uno hacer un cambio más excusas encuentra para no hacerlo. Posponerlo es perder el tiempo porque el resultado de experimentar el cambio es siempre positivo y maravilloso.
Una comida sana es ligera, nutritiva y deliciosa. Por eso será una comida que no nos hará sentir que necesitamos una siesta ni nos inflamará a nivel abdominal. Además será alta en vitaminas, minerales, ácidos grasos, proteínas e hidratos de carbono de buena calidad además de mucho color. Y nunca podemos olvidarnos del paladar porque debemos disfrutar, sin hacernos dependientes, del momento en el que comemos ya que no solo es un acto para recargar energía y nutrientes sino para deleitarnos en cada bocado.
Esta presentadora comenzó hace cuatro años a impartir cursos de algo que le encanta y que es la nueva alimentación y la nutrición. Virginia quiere ayudar a otras personas a comprender cómo comer bien y sepa hacerlo.