David Cañaveras Armero es un arquitecto de 39 años que está especializado en la gestión de cooperativas de viviendas. Es el fundador de la empresa Cañaveras Arquitectura. Para David, la motivación y la razón de ser de su empresa surge de la necesidad de proporcionar al mercado una opción diferente a la del modelo de construcción inmobiliaria habitual. En este modelo tradicional, es el promotor quien entrega un producto determinado al cliente final.
En contraposición a este modelo, David entiende que es necesario hacer partícipe al usuario final de la vivienda del proceso de su desarrollo. Además de que considera que eso sería interesante, David afirma que mediante este modelo alternativo se podría proporcionar al usuario final ventajas económicas en cuanto al precio de la vivienda.
Cañaveras Arquitectura está formada por profesionales técnicos, incluyendo arquitectos, ingenieros y aparejadores. La especialización de esta empresa es la gestión, la realización del proyecto y la dirección técnica de cooperativas de viviendas, de manera que se proporcione un servicio integral a los cooperativistas durante el desarrollo de la promoción.
Nuestro modelo de gestión integral de cooperativas ha ido evolucionando con los años. Nuestros primeros proyectos consistían en la aplicación de pequeñas experiencias aisladas en cuanto a la promoción de viviendas, pero, poco a poco, se ha ido convirtiendo en un método de trabajo propio en aras de conseguir la mayor satisfacción para nuestros clientes.
Intentamos centrarnos lo máximo posible en herramientas informáticas de código libre. En los últimos años hemos añadido a nuestras herramientas de trabajo la realidad virtual como método para que los clientes conozcan una vivienda años antes de su terminación.
Los permisos de construcción y las inspecciones establecen el marco de comprobación de la aplicación de la normativa vigente. Considero que deben ser instrumentos para que todos partamos con las mismas reglas del juego.
Personalmente, no comparto muchas de esas normativas, ya que muchas de ellas están anticuadas y obsoletas y no responden ni a los nuevos métodos constructivos ni a la necesidades de las personas, pero deben ser respetadas, intentando que desde el colectivo de arquitectos cambien para dar una mayor flexibilidad formal a los proyectos.
Los últimos años se habla mucho del BIM, que es una metodología de planificación y realización de proyectos que acabará imponiéndose como estándar en breve. Sin embargo, al igual que la construcción, la arquitectura residencial no es un sector de avances rápidos (a excepción de proyectos singulares que rompen el paradigma), ya que estos suelen aplicarse más a edificios singulares.
En mi opinión, la arquitectura residencial debería avanzar hacia un modelo de edificio que permita la interacción del usuario final durante su planificación para de esta manera mejorar la experiencia de la utilización de la vivienda una vez se ponga en uso.
David Cañaveras Armero pone su conocimiento arquitectónico y su ingenio al servicio de un nuevo modo de distribuir las responsabilidades en la gestión inmobiliaria. David y su empresa, Cañaveras Arquitectura, apuestan por incluir a los usuarios finales de las viviendas en el proceso del desarrollo de las cooperativas de viviendas. De este modo, se propone un modelo innovador y rupturista con el tradicional, buscando ventajas tanto de gestión como económicas para quien finalmente habitará la vivienda.