Noelia Corral, Fotógrafa en Torrejón de Ardoz, provincia de Madrid, está especializada en retratos Fine Art, fotografía infantil y familiar. Nació en Madrid capital y ha vivido toda su vida en Torrejón de Ardoz, donde abrió su estudio de fotografía en Calle Almagro Nº 13.
Define su fotografía como creativa y artística, ya que le gusta personalizar cada sesión, adaptarla a la persona que fotografía, crear escenarios, usar atrezzo y crear nuevas temáticas. Su prioridad es dotar cada imagen de sentimientos, que cada fotografía transmita algo especial al espectador, que evoque sensaciones o recuerdos, que transporte a alguna época o lugar. Suele decir siempre que lo que al final entrega en las manos a cada cliente lo ha visto y perfeccionado en sus sueños.
Noelia es una enamorada de los recuerdos, de los momentos y de la fotografía desde pequeña. Realiza sesiones de Embarazo, Recién Nacido, Bebés y Seguimiento, sesiones infantiles y de familia, cumpleaños smash cake, Comuniones y bautizos, sesiones en exterior, books profesionales para agencias, retratos Fine Art, campañas de verano y sesiones de Navidad. Su estudio es un lugar acogedor y muy bien ubicado a pie de calle, en la vía de servicio de la Nacional II antes de llegar al Hospital de Torrejón de Ardoz. Su lugar de trabajo le transmite paz y tranquilidad.
Para Noelia es muy importante que los clientes se sientan como en casa y es imprescindible que su estudio le transmita tranquilidad. Es un lugar luminoso y muy ordenado. Cuenta con 3 escenarios que Noelia va modificando dependiendo de la sesión que vaya a realizar. Trabaja en solitario; empieza por saber los gustos e ideas del cliente y convertirlos en realidad. Cuida con mimo cada detalle, renueva el atrezzo, los complementos y el vestuario constantemente.
Es una fotógrafa muy perfeccionista con la luz, el detalle, la nitidez. Puedo pasarse horas y horas editando y dotando de personalidad a cada fotografía para entregar un buen trabajo a sus clientes. Maqueta los álbumes y hace las copias e impresiones, la fotografía impresa es un broche imprescindible para cualquier trabajo de fotografía. Trabaja con dos laboratorios profesionales con unas calidades excelentes, que se identifican mucho con su estilo. Su mente no para, siempre está pensando, ideando, creando nuevas fotos en su cabeza.
Está especializada en retrato Fine Art o Bellas Artes, que consiste en una fotografía de nivel elevado para llegar o aspirar a ser una obra de arte; una fotografía que transmita emociones o sentimientos, una creación del fotógrafo con la unión y conexión con la persona a fotografiar. A Noelia le gusta captar la personalidad de aquella persona que retrata, lograr que esta se reconozca en el retrato. Cuidando el detalle de la textura, la luz y las sombras, y centrándose en los ojos, en la luz y en los sentimientos que estos transmiten.
Es una fotografía muy elaborada, cuidada y mimada hasta el último detalle. La edición de cada fotografía puede llevar varias horas de trabajo, todo ello destinado a dotar de personalidad a cada fotografía. Explica Noelia que, aunque no reparemos nunca en ello, si no fuese por los espejos o a través de los ojos de otra persona, nunca veríamos nuestro rostro… De ahí el valor y la importancia de un buen retrato.
Desde muy pequeña me ha encantado pintar y dibujar, siempre he sido una niña de sobresaliente en esas áreas. Ya de pequeñita disfrutaba haciendo fotos con mi primera cámara, captar momentos de mi familia, de los lugares que visitaba, de mis mascotas, etc. En el instituto empecé a estudiar fotografía y, junto con historia del arte, se convirtieron ambas en unas de mis asignaturas preferidas. La experiencia y el tiempo me llevó a especializarme en fotografías de paisajes y naturaleza, pero no me sentía llena con este tipo de fotografía.
Cuando nació mi hija Daniela, hace 7 años, me di cuenta que la fotografía infantil y familiar era mi verdadera pasión. Poder captar esos detalles, crear recuerdos de tantas etapas de tantos momentos vividos, y poder entregarlos a las familias y ver esas sonrisas, hacen que me sienta muy feliz de poder ser parte de las vidas y contar historias de tantas familias.
Me especialicé en esas áreas porque creo que es muy importante dedicarte a lo que realmente te hace feliz. Cuando era pequeña quería ser profesora, y en el colegio siempre estaba ayudando en la guardería y en el comedor, siempre se me dieron muy bien los niños. En el momento que nació mi hija y empecé a capturar con mi cámara cada etapa y cada instante, supe que debía compartir mi especialidad con las familias. Poder entregar esas fotografías me enorgullece, pues sé que serán un tesoro que cobrará más valor con el paso del tiempo.
Siempre he sido de Nikon. La primera cámara que compré para viajes fue Nikon, y después he tenido varios modelos, pero he sido fiel a esa marca. Cuando algo te va bien, ¿por qué cambiar?
Ahora mismo tengo dos Nikon D750 que me acompañan siempre. Son muy buenas cámaras, muy buena calidad de imagen, ligeras y siempre a punto.
Hoy en día con el nivel de trabajo, de estrés de actividades extraescolares de los niños, es complicado citarme con todas las familias antes de la sesión, así que lo suelo hacer vía whatsapp o correo electrónico. Necesito saber sus gustos, lo que tienen en mente, sus colores preferidos, y guiarles en torno a la sesión dependiendo de dónde se realice o la edad o número de niños. Cada sesión hay que personalizarla y adaptarla a cada familia. Una vez que tengo todos esos datos, ya puedo poner mi mente a trabajar y pensar en cómo quedará la sesión.
Siempre es necesario una preparación previa, por eso recopilo todos los datos posibles, y siempre tengo todo preparado antes de la sesión. Siempre suelo tener que comprar algún complemento, algo de atrezzo, por lo que una semana o dos antes, tengo que tener en mente todo lo que voy a usar en las sesiones.
Mis fichas de clientes están llenas de anotaciones. Creo que es muy importante conocer al cliente para sacar esas sonrisas o esas lagrimillas cuando les entregas un precioso álbum de sus hijos o de su familia. Poner corazón a todos mis trabajos e involucrarme en cada uno es algo que hago siempre.
En niños, sin duda, la paciencia y el cariño. Observarlos cuando llegan, y darles su tiempo y espacio a cada uno. Lo que le gusta a un peque, a otro le asusta, así que hay que tener mucha paciencia y mucho amor.
En general creo que la cercanía con el cliente y la naturalidad hacen que pronto se cree un vínculo de confianza, que hará que todo fluya mucho mejor. A mí no se me hace nada complicado, pero creo que hay que romper el hielo pronto para que una sesión vaya bien, y todos se sientan como en casa.
A veces parece complicado, muchos días tengo esas sensaciones en el estómago, como si fuera a una primera cita (al 80% de los clientes los conozco justo el día de la sesión), pero creo que es bueno sentir eso, aunque pasen muchos años, pues se nota que quieres siempre dar lo mejor de ti, y que en tus manos hay mucha responsabilidad y altas expectativas de los clientes.
Recomiendo siempre buena iluminación ya sea de flash o natural, colores suaves para la ropa y telas lisas, nada de dibujos o letras que llamen la atención, y cualquier escenario muy cuidado, tonos siempre a juego nada recargado.
La fotografía familiar de Noelia Corral está llamada a proporcionarles a sus clientes un patrimonio esculpido con luz y sentimientos. Ese patrimonio que compartirá toda la familia durante generaciones se vuelve más valioso con el tiempo y retrata los vínculos afectivos de los miembros del grupo familiar, escogiendo los momentos más hermosos, las celebraciones y reuniones más significativas y esos instantes que siempre queremos vivir junto a nuestras personas más queridas.