Daniel Cabezalí Barbancho, urólogo pediátrico en Madrid, ciudad en la que nació en el año 1977, siempre quiso dedicarse a la Medicina. Y más concretamente, el ámbito que le atrajo dentro de la Medicina fue la Pediatría. Considera que eso es posible que se debiera al pediatra que le trataba durante su infancia.
No obstante, mientras estaba cursando la carrera de Medicina se dio cuenta de que la cirugía era la especialidad que realmente le gustaba. Al final, a base de estudio, esfuerzo y especialización, Daniel ha podido combinar el trato con pacientes pediátricos y la cirugía, mediante la especialidad de cirugía pediátrica.
Dentro de la cirugía pediátrica se dedica a la urología infantil. Tuvo la suerte de que al acabar la residencia en el hospital 12 de Octubre se quedó vacante una plaza en la sección de urología infantil. El buen ambiente entre compañeros es importante y Daniel considera que el trabajo en equipo es necesario. Compartir experiencias, conocimiento y ánimo con los que tienes al lado es algo que para él es fundamental para llevar los pacientes.
Gran parte de las patologías que vemos en la urología infantil se detectan prenatalmente. Nuestro papel, una vez que nace el bebé, es confirmar lo que se ha visto en la ecografía prenatal y valorar si es necesario completar el diagnóstico con alguna prueba más. Es importante diagnosticar aquellas patologías que requieren una intervención quirúrgica precoz.
La urología infantil es principalmente reconstructiva a diferencia de la del adulto que suele ser extirpativa por motivos oncológicos. Dentro de la patología genital, lo que más vemos es la fimosis y el hipospadias y de las patologías del tracto urinario superior la hidronefrosis o dilatación renal. También son frecuentes las consultas por disfunciones miccionales.
Es fundamental estar al día en las últimas técnicas. Hoy en día, es importante la formación en cirugía mínimamente invasiva. Con vías de abordaje como la laparoscopia o la endoscopia se pueden realizar las mismas técnicas que con la cirugía abierta pero con una recuperación más rápida y mejor resultado estético.
En nuestra especialidad debemos intentar ser cercanos y cariñosos con nuestros pacientes. Es necesario ganarnos su confianza. Si lo logramos podrán contarnos mejor la clínica y conseguiremos explorarles sin que suponga un estrés para ellos.
También tenemos el papel de intentar que los padres comprendan el problema que tienen sus hijos y salgan de la consulta confiando en el profesional que va a tratar a su hijo.
Daniel Cabezalí Barbancho nos explica que actualmente existen técnicas de cirugía mínimamente invasiva que permiten a los cirujanos realizar su trabajo de un modo más cómodo y eficaz. Logrando los mismos o mejores resultados y acortando los plazos de convalecencia de los pacientes, además de minimizar las secuelas estéticas de las intervenciones quirúrgicas. Todas estas técnicas están disponibles también en el ámbito de la urología infantil que puede detectar problemas incluso en el feto para abordarlos cuanto antes y cuidar de la salud de nuestros hijos desde el primer momento.