Antonio García Álvarez, es natural del Bierzo, pero vive en Madrid desde hace décadas. En su juventud se formó como delineante proyectista, especialista en construcción, y trabajó en estudios de arquitectura, inicialmente en Salamanca y luego también en Madrid, durante 20 años; formación y experiencia que han sido cruciales para afianzar su vocación.
Consciente de la importancia de la formación continua y en respuesta a las necesidades sentidas para avanzar hacia la excelencia profesional, se ha formado como Proyectista e Instalador de Energía Solar Térmica y Fotovoltaica, AUTOCAD, Seguridad y Normativa de la Construcción, materiales, diseño, informática, administración de empresa, páginas web, presupuestos, y hace 24 años que se desempeña como administrador de ARCOLINEA.
En 1996 comenzó la andadura de ARCOLINEA, empresa constructora, con una clara vocación para brindar sus conocimientos y experiencia a las personas que se plantean en su momento afrontar una reforma o rehabilitación en sus viviendas o locales. Su espacio de acción territorial abarca cualquier municipio de la comunidad de Madrid. En este periodo han ido consolidando proveedores cualificados y competitivos para los diversos oficios y han realizado proyectos y reformas de todo tipo.
Las reformas integrales con redistribución de espacios y creación de ambientes y servicios son su especialidad. Tienen grandes competencias en esta área y disfrutan mucho poniéndolas en práctica: estudian a fondo la situación inicial, las necesidades de las personas o empresas que los contratan, las alternativas más eficientes, operativas y estéticas, y, generalmente, el resultado es muy fructífero: definen y ejecutan proyectos sumamente interesantes, que evidencian una buena relación calidad-precio y una rigurosa planificación de las fases y el tiempo de ejecución.
Sea en cocinas, baños, pisos, chalets, locales, edificios o comunidades, el cliente que solicite sus servicios de reformas, puede tener la garantía de que realizarán eficientemente los oficios y tareas que suele requerirse durante este tipo de trabajo: solado y alicatado, electricidad, fontanería, calefacción, aire acondicionado, puertas y ventanas, armarios empotrados, pintura y alisado de paredes, aislamientos, etc.
Y es que Antonio y su equipo realmente le imprimen gran pasión a su trabajo, cumplen gustosamente con cada fase del proceso de reforma.
Cada presupuesto, independientemente de su envergadura, pasa por un estudio de la situación, recogida de mediciones y datos, detección de problemas constructivos si hubiera, registro de intereses y sugerencias de quienes lo solicitan, asesoramiento in situ sobre las propuestas planteadas. Le entregan al cliente un presupuesto detallado, en el que contemplan: ejecución de planos, estudio de espacios y volúmenes, creación de ambientes totalmente nuevos, y todo ello, totalmente gratis.
Cuando el interesado acepta el presupuesto y contrata sus servicios, el equipo de Arcolínea planifica los tiempos y la secuencia de cada tarea, definen los materiales y asignan a los profesionales adecuados. Durante el desarrollo de la obra, supervisan y controlan la ejecución continuamente e informan a sus clientes sobre los avances, novedades y cualquier eventualidad que surja a lo largo del proceso.
El procedimiento de pago es un porcentaje del total al INICIO de la obra y el resto por CERTIFICACIONES del trabajo realizado. Si en el camino, el cliente manifiesta alguna necesidad o deseo que suponga ampliar el presupuesto, respetamos los precios unitarios de las partidas que estén contempladas en algún apartado del presupuesto inicial, en ningún caso nos aprovechamos de las circunstancias.
Cuando Antonio y su socio fundaron ARCOLINEA en el año 1996, estaban muy ilusionados, y a fecha de hoy lo siguen estando. Porque, para ellos, no sólo era un trabajo, era su profesión. Era para lo que habían estado estudiando y formándose laboralmente durante más de 25 años. Antonio recuerda que estaban muy emocionados con la concreción de su gran sueño, y, aunque sabían que no era fácil, pues había mucha competencia en ese medio, para ellos era un campo apasionante y al que les satisfacía pertenecer.
Para mí, particularmente, uno de los valores más importantes es la honradez y sinceridad. Por supuesto que nos dedicamos a las reformas para ganar dinero y si sacamos algo más, mejor que mejor. Para lograrlo, no intentamos engañar a nadie, burlarnos o aprovecharnos de situaciones en concreto para darle el palo a un cliente (tal como suele decirse).
En todo momento, procuramos que nuestros presupuestos sean lo más detallados posible (aún a sabiendas que muchas veces solo sirven para que cotejen precios otros profesionales del sector o los propios clientes que sólo quieren algo de información para descartar…).
Si, es cierto, muchas veces trabajamos, días y semanas a veces para nada, solo para satisfacer curiosidades de alguien que solicita un presupuesto porque quiere saber, y dado que los presupuestos son gratuitos y la gran mayoría de las veces hacemos planos y estudios, etc., pues cuando no tiran para adelante, lógicamente nadie nos abona ese trabajo. Pero igual lo hacemos con gusto, ganamos otros beneficios con ello.
Las herramientas de trabajo, siempre van a depender del trabajo a realizar y siempre intentamos usar las más adecuadas según el trabajo a desarrollar. Lo más importante son los medios humanos y estos siempre se están formando para estar al día en todo tipo de productos nuevos que van saliendo, útiles y maquinaria. Aunque nos gustan las líneas clásicas bien definidas y aceptadas por todos, no menos nos gusta la innovación siempre acompañada de la experiencia, el estudio y la buena formación y criterio de nuestros profesionales y técnicos.
Si es un cliente del boca a boca, ya viene predispuesto y aleccionado por su informador que le ha puesto al corriente y normalmente ya ha visto alguna obra realizada por nosotros. En cualquier caso, bajo ningún concepto hay que bajar la guardia, precisamente hay que poner el máximo interés en ofrecerle nuestros servicios con las mayores garantías y nuestra disponibilidad para ayudarle a solventar y resolver cualquier duda que tenga al respecto sobre la obra a ejecutar o sobre nosotros.
Si es un cliente nuevo, es mucho más complicada la motivación, pero, lógicamente hay que intentarlo. Yo siempre digo que hay que ponerse en la piel del otro, en su lugar, y desde esa posición hacemos lo que consideramos más adecuado según las necesidades de cada cliente. Cada obra y cada cliente es un mundo nuevo, conseguirla es todo un reto al que le ponemos nuestra mayor ilusión y conocimientos.
A grandes rasgos, dejando a parte la captación de clientes y publicidad…
Todos los materiales de acabado (azulejos, baldosas, aparatos sanitarios, grifería, mamparas, muebles de cocina, electrodomésticos, etc.), los elige directamente el cliente en locales comerciales como Leroy Merlín, Porcelanosa, Rodrisan, Azulejos Peña, Pereda, etc., pudiendo buscar libremente y en su nombre las mejores ofertas y promociones. Una vez que le faciliten el presupuesto con sus códigos de referencia y sus precios, nos los pasan y nos encargamos de todo el proceso de compra final manteniendo los precios que les ofertaron.
La obra se ejecuta con supervisión constante. Si es una reforma integral, hacemos planos sobre la obra y sus instalaciones, normalmente antes de comenzar ya ofrecemos al cliente gratuitamente un montón de croquis y planos de cómo va a quedar todo y seguimos ofreciendo ideas y algunos cambios si vemos que mejoran lo anterior, o simplemente detallamos y estudiamos más a fondo los planos de electricidad, fontanería, calefacción, etc. Terminada la obra, el cliente tiene 1 AÑO de garantía real, tanto en materiales de ejecución como en su instalación.