Ana López Aperador, de familia madrileña pero nacida en Cádiz hace 40 años, actualmente reside en Jerez de la Frontera con su perro, su gata y el resto de su familia, ya que está casada y es mamá de un niño de 4 años y una niña de 2 años. Lo que más le gusta es estar con todos ellos en la naturaleza. Ana estudió psicología sanitaria en Sevilla, especializándose en intervención clínica en adultos y realizando un postgrado en gerontología. Asimismo, Ana es educadora con certificado de aptitud pedagógica y formadora de formadores, además de perito judicial forense en psicología clínica. Estuvo trabajando en residencias, asociaciones en el departamento de RRHH de una multinacional, hasta que montó sus empresas Psicojerez, PsicoCádiz y Mi psicóloga online. Además de sus consultas, actualmente trabaja también en un centro médico, junto con otros profesionales sanitarios.
Su especialidad es la Psicología Sanitaria y la intervención clínica en adultos y, por su postgrado en gerontología, también con personas mayores. Aunque, al ser educadora también atiende muchos niños y adolescentes. Además, le encantan y se lleva muy bien con ellos. Lo que más le gustaría hacer ahora es la terapia de grupo. Esta semana empieza con un grupo en el instituto Andaluz de la Mujer, y también tiene un proyecto de formación de Mindfulness e inteligencia emocional en colegios. Ana nos explica que lo que más a menudo le piden sus clientes suele depender de la edad: en adultos los más frecuentes son los tratamientos de los trastornos mixtos del estado de ánimo (ansiedad, depresión) o trastornos adaptativos agravados por rasgos anómalos de la personalidad, como es el caso de víctimas de conductas tóxicas narcisistas, personalidad altamente sensible (PAS), timidez, estrés, traumas o problemas de pareja. Afirma que últimamente están también en auge los trastornos derivados de la pandemia (TOC, hipocondria, agorafobia, fatiga mental y emocional, desorientación...), y la procrastinación o postergación, debido sobre todo al uso del móvil, las redes sociales e hiperconectividad en general. En adolescentes, además de esto, se ha observado un repunte del estrés por los exámenes y la adicción a videojuegos, que se está empezando a ver cada vez más en niños más pequeños. Ana siempre quiso ser psicóloga. Recuerda que de pequeña sufría mucho por su personalidad altamente sensible, y la psicóloga de su colegio le ayudó mucho a darse cuenta de que podía utilizar su exceso de empatía, ganas de aprender, y alta inteligencia emocional en ayudar a los demás, que era lo que de verdad le hacía feliz. Sus amigos y sus abuelos le animaron mucho. Su abuelo, además de coronel de infantería, era psicólogo del ejército y Ana quería ser como él. Al final, su vocación por la psicología y todos los libros y películas que veía al respecto, terminaron de cerrar el círculo. A día de hoy, Ana sigue siendo una apasionada de esta ciencia y pasa casi todo el día investigando, formándose y aprendiendo.
¿Qué parte de vuestro equipo de trabajo es esencial? ¿Hay algún elemento que nunca debería faltar en un gabinete psicológico y por qué?
Lo más esencial en mi trabajo es mi cerebro. Guardo todo ahí, prácticamente no utilizo ordenador, salvo para hacer videoconferencias. No me gusta. En un gabinete psicológico son imprescindibles los libros. Nunca deben faltar. Pero también la empatía, la profesionalidad y el cariño.
Ana López Aperador: PsicoJerez, PsicoCádiz, Mi psicóloga online, Centro Médico Puerta del Sur. Psicóloga, Educadora, Formadora de Formadores y Perito N Col AN05300