Andrés Correa Pérez es un salmantino de 59 años que ha vivido en diferentes lugares hasta que hace 20 años se afincó en Cáceres, donde vive y trabaja desde entonces. Andrés estudió medicina y la practicó un tiempo hasta que la psicología captó su interés. Y más que saber del cuerpo y sus enfermedades a nivel fisiopatológico se interesó por las causas psicológicas. Comenzó a ejercer la psicoterapia en consulta privada, primero de manera solitaria, y después, desde hace 9 años, asociado a una compañera y desde hace 3 a otras 2, formando un equipo en el que estudian los casos y temas que eligen y supervisan su práctica.
El interés de Andrés nació de la curiosidad por entender el porqué de las enfermedades más allá de la explicación puramente química. A partir de ahí le interesó investigar sobre el sufrimiento, más que sobre la enfermedad, en sus diferente manifestaciones clínicas, y cómo ayudar a aliviarlo. Las motivaciones de Andrés para seguir mejorando en su empleo son básicamente las mismas que le llevaron a iniciarse en él: profundizar y comprender cada vez con más claridad las causas y los motivos de ese sufrimiento.
¿Cuál es la metodología de la terapia cognitiva conductual que realizáis?
En realidad, la metodología es variada. A partir de lo que la persona cuenta, profundizamos en sus vivencias emocionales, en su creencias y atribuciones, en su historia personal... que condicionan su presente. Y con respeto por su sentir vamos proponiendo maneras más ajustadas tanto de interpretar la realidad como de afrontar las situaciones difíciles.
Lo hacemos abriendo también el abanico a las cuestiones existenciales que a menudo están "debajo" de los problemas (a modo de creencias y expectativas ocultas). La calidad de la relación terapéutica es otro factor a tener muy en cuenta, por cuanto modela una forma más sana de relacionarse.