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Javier Llanos Méndez nació hace 45 años en Gandía, Valencia, pero su familia es de Lepe, siendo este su lugar de referencia en la vida. Ha residido en Salamanca y Córdoba, en esta última cursó parte del colegio, el instituto y la facultad. Después, trabajó dos años en Inglaterra como veterinario. Fundó su empresa con mucha ilusión, con unas instalaciones que consideró adecuadas para atender a sus pacientes correctamente, construidas desde los cimientos y diseñando cada rincón, con el único pensamiento de tener la mejor función para los pacientes. Trabaja en equipo desde hace 16 años en los que dicho equipo ha variado su número de integrantes para adaptarse a las necesidades y afrontar los momentos tan duros por los que ha pasado la mayoría de pequeñas empresas en España. Pero siempre ha sido un equipo pequeño, con un máximo de 4 personas entre auxiliares y veterinarios. Javier se especializa en traumatología y ortopedia, y también realizan cirugía de columna, pero esta última disciplina se mezcla con los neurólogos, repartiendo con ellos la cantidad de trabajo de este área. Le gustaría continuar formándose en nuevas técnicas y avances en su disciplina, incorporando los avances más óptimos para sus pacientes/clientes. Nos explica Javier que la traumatología es una disciplina apasionante y muy exigente, con un porcentaje de complicaciones elevado, motivo que justifica la búsqueda constante de la mejor opción para cada caso. Sus clientes le piden sinceridad y siempre trata de dársela de la forma más precisa, mostrando tanto los beneficios como los problemas de los procedimientos recomendados. A pesar de que su especialización en la facultad fue la clínica, Javier comenzó a trabajar en otras áreas, pero sus intereses estaban siempre latentes y desde el momento en que empezó a pasar consulta todo su interés se ha centrado en aprender y mejorar día a día, algo que no se acaba nunca en su profesión. En su clínica veterinaria, día a día se esfuerzan por dar su mejor versión, siempre pensando en sus pacientes enfermos por encima de todo, procurando su bienestar ante todo. Siempre prima la dedicación para con sus clientes, los propietarios de los pacientes, que tienen muchas dudas que resolver para poder estar tranquilos. En definitiva, los integrantes de la clínica intentan empatizar para poder dar el mejor servicio posible.