Esther Peribáñez Serna, nacida hace 50 años en Vilanova i la Geltrú (Barcelona), desde hace 16 años vive en Andalucía, primero en Granada un par de años y el resto en La Guardia de Jaén. Hace 5 años decidió salir de la industria farmacéutica donde se había desarrollado profesionalmente durante 18 años como gerente y coach de equipos de ventas, trabajando por casi todo el territorio español, lo que le proporcionó un amplio bagaje y una gran experiencia en muchos ámbitos: comercial, gestión presupuestaria, gestión de personas, trabajos en equipo, lanzamiento productos, atención al cliente... Sin embargo, desde que acabó la carrera, Esther sentía que lo que de verdad le apasiona es ayudar a los demás a que resuelvan sus problemas y sean más felices. Su experiencia (laboral y personal) le ayudan mucho a entender más y mejor a la gente y a visualizar las posibles soluciones que tienen a sus problemas. Finalmente, Esther se hizo autónoma y desde entonces comparte el despacho con otra profesional, siendo ambas autónomas y libres a la hora de tomar decisiones y a la vez formando un gran equipo. Es una manera de trabajar que Esther no cambiaría por nada en el mundo, nadie le dice lo que tiene que hacer.
Esther está especializada en terapia con adolescentes y adultos y terapia sexual y de pareja. Trabaja desde una perspectiva integradora, extrayendo conocimientos y herramientas de todo aquello que la psicología ofrece para personalizar con cada uno de los pacientes. No se cierra a ninguna teoría ni forma de hacer, ni le gusta trabajar solo bajo una manera de hacer las cosas. Le gustaría seguir aprendiendo y formándose, que indica que es lo más difícil porque la formación es cara y además si te formas debes ausentarte de la consulta.. así que es complicado desde la privada manejar ambos objetivos a la vez y no le gustaría quedarse fuera de nuevas corrientes o no estar al día. Esther nos explica que lo que más demandan los clientes es otra perspectiva o una perspectiva más objetiva de sus problemas, que se les escuche y que se les dé un poco de luz al final del túnel. Hay mucha demanda por resolver o saber adaptarse a problemas dentro del entorno familiar, también para mejorar las relaciones sociales y para mejorar la autoestima. También hay gente que no sabe realmente a qué acuden, gente que no quiere o no puede cambiar nada de su vida, gente que solo necesita desahogarse… Esther eligió este empleo por su vocación personal y por la libertad de movimiento que le permite. Cuando ve que puede ayudar a la gente, cuando le dan las gracias o le dicen que se sienten mejor y que están funcionando los cambios que se van proponiendo, eso le da una gran satisfacción.
¿Qué modalidades de terapias psicológicas ofrecéis en vuestro centro?
Trabajamos sobre todo desde teorías cognitivo conductuales que ofrecen una gran variedad de técnicas: técnica de solución de problemas, técnicas de manejo del estrés, ansiedad y depresión, técnicas para resolver o manejar problemas de comportamiento infantil, técnicas de relajación, entrenamiento en asertividad...
Como tipos de terapia, ofrecemos:
- Terapia individual y de pareja.
- Terapias de acompañamiento en duelos o separaciones
- Y, muchas veces, entrenamiento en técnicas para mejorar las habilidades sociales y de comunicación, así como para mejorar la autoestima.
Nuestro objetivo es, más que buscar causas, buscar efectos positivos en la gente que acude a consulta.
¿Qué recomendaciones le darías a una persona que busca a un profesional de la psicología? ¿Cómo ha sido vuestra trayectoria en este campo?
Yo recomendaría a las personas que busquen terapia que eligieran un profesional teniendo en cuenta su especialidad a través de las referencias de terceros, el boca a boca (hoy en día nos pueden ayudar mucho las opiniones que la gente deja en los portales en internet, por ejemplo).
Y, sobre todo, les recomendaría que, si en las primeras sesiones por la razón que sea, ven que no encajan y que no se sienten a gusto con ese profesional, que cambien de profesional porque la relación que se establezca entre terapeuta y paciente es de vital importancia para el éxito del proceso terapéutico y sus resultados. Es muy importante la confianza plena, pero al fin y al cabo somos personas y no todas encajamos siempre, por muy buenos profesionales que seamos. Una de las cosas que pasan muy a menudo es que la gente acude a un psicólogo y no le va bien, y ya no vuelven a pedir ayuda a nadie porque la experiencia no fue buena, y no todos los terapeutas trabajamos igual ni estamos formados igual ni le ponemos la misma pasión, etc.
¿Qué es lo que os motivó a dedicarte a esta profesión? ¿Cómo lográis manejar los problemas psicológicos de vuestros pacientes sin que te abrumen personalmente?
Me motivó la vocación y la pasión.
Si yo empatizo más de la cuenta con el paciente, eso me impedirá ayudarle en condiciones, por lo tanto procuro no olvidarme nunca de ello y así me obligo a no caer en melancolías que me nublen el objetivo. Es decir, procuro ser empática en la comprensión del problema pero no empatizar emocionalmente.
Reconozco que a veces es difícil porque hay gente que te cuenta unas cosas que te hacen temblar o que te producen muchísima ternura. Lo que peor llevo es mi propia autocrítica, cuando no he logrado averiguar la manera de ayudar a alguien en particular me produce frustración y entonces debo autorregularme y pensar también que no todo depende de mi al 100%. También es cierto que, si veo algo que no alcanzo a poder resolver, derivo de la mejor manera posible a otros profesionales. Para mí, el objetivo es que la persona esté mejor, sea o no gracias a mi trabajo.
¿Cuál es el coste de una consulta de psicología? ¿Cómo puede realizar el pago del servicio?
Nosotras estamos en la actualidad cobrando 50 euros la sesión. Hicimos un poco de investigación de mercado antes de decidir un precio que estuviera en la media de la zona. Es un precio razonable teniendo en cuenta la idiosincrasia del lugar y el servicio de calidad que ofrecemos.
Las sesiones son de una hora de duración y, personalmente, tengo un límite de pacientes al día que procuro no saltar por mi propia salud y para garantizar la calidad del servicio que otorgo. A no ser que sea una urgencia, procuro no tener nunca más de 6 pacientes en un día.
Cobramos en efectivo, por tarjeta, a través de Bizum... incluso mediante transferencia bancaria. Últimamente la gente prefiere hacer pagos telemáticos por la covid.