Daniel Ortiz Guerrero nació en 1985 en un pueblo pequeño de Zamora y disfruta con aficiones como la bici de montaña o la guitarra eléctrica. Terminó la licenciatura en Derecho en 2011 y en 2013 se colegió en el Ilustre Colegio de Abogados de León. Estuvo trabajando como becario ese mismo año, sin ejercer, y a partir de 2014 empezó a ejercer, en solitario, por su cuenta en La Bañeza (León) y en León capital, donde estuvo hasta 2017. Explica que el primer año fue durísimo, pero a partir del 2015 la cosa empezó a mejorar gracias a las reclamaciones por cláusulas abusivas en los préstamos hipotecarios. El cambio más importante que ha vivido en su profesión es el abandonar León para centrarse en La Bañeza y captar clientes del sur de León y el norte de Zamora.
Su especialización es el Derecho civil y penal ante los tribunales y diversas gestiones administrativas para clientes y ante organismos oficiales. Por ejemplo, la gestión de los trámites de la herencia. Nos indica Daniel que en los partidos judiciales alejados de la capital de provincia no es rentable especializarse en otras materias como laboral o contencioso-administrativo porque estos juzgados están en la capital de provincia. Sus clientes le piden cosas muy diversas, pero gestionar una herencia o realizar una demanda de medidas paterno-filiales, o incluso la defensa en un juicio rápido por delitos contra la seguridad vial son los servicios más habituales. El haber estudiado Derecho y la ambición de emprender por cuenta propia fueron sus grandes motivaciones para apostar por su propio despacho. La mayoría de sus compañeros de carrera optaban por opositar a la función pública, pero Daniel tenía la idea de emprender. La razón más poderosa para seguir mejorando en su trabajo, aparte de ganarse la vida, es el cumplir con sus clientes.
¿Cuáles son las etapas de un proceso penal de acuerdo al código español?
Depende del tipo de delito. Existen varios procedimientos en materia penal, que vienen regulados principalmente en la Ley Orgánica del Poder Judicial, en la Ley de Enjuiciamiento Criminal (que es del siglo XIX y aún está vigente) y en la Ley Orgánica del Tribunal del Jurado.
El procedimiento penal más frecuente es el Procedimiento Abreviado, que comienza con unas Diligencias Previas que abren la fase de instrucción. Esta primera fase se tramita ante los juzgados de instrucción presentes en todos los partidos judiciales y, una vez que la acusación y la fiscalía lo solicitan, si el juez de instrucción considera que existen indicios suficientes de delito, se pasa a la fase de enjuiciamiento que, dependiendo del delito, se sustanciará ante el Juzgado de lo Penal, de planta provincial o ante la Sala que corresponda de la Audiencia Provincial.
¿Cómo es vuestra manera de trabajar en un caso penal?
Depende de si ejercemos la defensa o la acusación. La estrategia a seguir es diferente dependiendo de los indicios o pruebas existentes y de cómo actúen el resto de las partes personadas. En materia de defensa y en la fase de instrucción nos centramos en proponer diligencias que puedan contradecir los primeros indicios que se presenten contra nuestro cliente.
Realizaremos esto a fin de lograr el sobreseimiento o minimizar al menos la gravedad de los tipos penales de los que se le acusa. Y, en la fase de enjuiciamiento, algo similar pero con las pruebas. En todo caso, si la hay, demostrar que existe una duda razonable sobre la culpabilidad de nuestro cliente y así argumentar que no ha sido destruida la presunción de inocencia, que en nuestro ordenamiento se considera derecho fundamental.