Celia Garrido Vallejo, de 33 años y nacida en Toledo, es de un pueblo de la provincia toledana (Villanueva de Alcardete), pero lleva en Madrid desde los 18 años, cuando se independizó y se mudó a la capital española para estudiar la carrera de Psicología. Su empresa, Psicoholística, nace de un proyecto pensado desde hace algunos años. Durante la carrera, Celia se especializó en Psicología Educativa y después toda su formación ha ido orientada hacia la Psicología Clínica. Después de compaginar su trabajo entre la práctica psicoeducativa y la sanitaria, decidió focalizar su carrera en la práctica sanitaria, en la cual está inmersa en la actualidad. Trabaja en equipo; en este proyecto le acompañan dos psicólogas más, un fisioterapeuta y una nutricionista. Además del servicio de psiquiatría, el cual por el momento lo tienen externalizado.
Nos explica Celia que tras 8 años colaborando con otros centros, en los cuales adquirió mucha experiencia y siempre en continua formación, decidió apostar por su propio proyecto, el cual lleva casi un año en marcha. A Celia le apasiona trabajar con personas, acompañarles en su proceso terapéutico es lo que considera más enriquecedor, y afirma que poder compartirlo con un equipo de profesionales cualificados y sobre todo humanos, es la mejor decisión profesional que ha tomado en su vida. Asimismo, le motiva que en la situación que se ha vivido y que de hecho se sigue viviendo a causa de la pandemia, su trabajo es aún más importante y necesario si cabe.
¿Cuál es el precio medio de una sesión de terapia psicológica?¿Cómo se define este precio?
El precio aproximado por sesión son 60€ euros, aunque depende del tipo de terapia (individual, parejas...). El precio se define en función del valor que tú le des a tu trabajo, ya que no solo es la hora en la que estás con el paciente, sino el trabajo, la formación y la supervisión de los casos fuera de la consulta.
Aprovecho este espacio para trasladar a mis colegas la necesidad de ponerle un precio "digno" a nuestro trabajo. Muchos psicólogos clínicos trabajan a precios muy bajos y esto infravalora la profesión.