Virginia Nieto, madrileña, amante de los viajes y curiosa desde que nació hace 31 años. Desde siempre quiso emprender y le encanta lo diferente, las personas, la comida, las culturas… Virginia cree firmemente en que la flexibilidad y la apertura mental es la base del bienestar. Al principio comenzó como autónoma en el mundo de la psicología. Colaboraba con diferentes clínicas y gracias al boca a boca empezó a ser conocida por más y más gente, así que dio el salto, dejó de colaborar para otras clínicas de psicología y creó Psicoinnova. Al principio ella se encargaba de todo, pero después fue contratando colaboradores para delegar aquellas tareas que se le hacían pesadas y para las que ya no tenía tiempo. Ahora mismo el equipo de Psicoinnova ha crecido y en breve lo hará más. Virginia nos explica que en el mundo de la psicología nunca dejan de formarse. De una manera más o menos formal están en continuo aprendizaje. Le llama la atención casi cualquier ámbito de la psicología, y se formaría en todos ellos. La mayoría de los casos en los que trabaja actualmente son sobre la ansiedad. Esa sensación de ahogo, sentir que no puedes más, que no llegas, ese nudo en el pecho o en el estómago, ese hormigueo en las manos, la falta de concentración o enfadarte por todo… Todo eso es ansiedad.
Muchas personas acuden a su consulta con uno o con varios de estos síntomas y en la evaluación les ponen nombre. Indica que es muy típico el “vengo porque me enfado por todo, o porque lloro por todo”, o “me noto acelerada” o “no duermo bien, me pego atracones de comida o ya no me interesa nada en la vida”. Todo esto puede ser ansiedad, pero no siempre la identificamos como tal. Desde niña, a Virginia le ha gustado entender y hacer algo para marcar la diferencia en la vida de la gente. Cuando estaba todavía en el instituto dudaba entre ser enfermera, nutricionista o psicóloga. Finalmente se decantó por la psicología, probablemente porque siempre que iba a casa de su tía (la cual tenía muchísimos libros del tema) se iba directa a la estantería para ver si había alguna novedad. Así que empezó a estudiar la carrera. Su principal razón para desempeñar este trabajo es que le encanta lo que hace y que es consciente de las consecuencias positivas y negativas que puede tener su trabajo. Tiene un compromiso diario con varias personas que depositan mucha confianza en ella que le obligan a dar lo mejor de sí misma.
¿Cuál es la metodología de la terapia cognitiva conductual que realizáis?
En las primeras sesiones (generalmente no más de dos) se realiza la evaluación, algo así como “leer entre líneas la historia del paciente” y se revisan los objetivos. A veces la persona viene con unas peticiones que no son posibles (por ejemplo, no quiero estar triste) así que a veces hay que reformular las metas.
Por ejemplo, en este caso la idea no es que no estés triste, es que identifiques, entiendas y gestiones tu tristeza. Aunque no soy muy fan de las etiquetas y de patologizar ciertos síntomas, es cierto que poner nombre suele ayudar a entender y a no sentirnos bichos raros.
En estas sesiones también es importante la psicoeducación, entender lo que te pasa es esencial para poder mejorar. Posteriormente, utilizamos diferentes técnicas para ir logrando cambios y entre las diferentes sesiones normalmente se realizan ciertas tareas en casa para seguir entrenando lo trabajado en consulta. A medida que vamos avanzando, se va alargando el tiempo entre sesiones, hasta conseguir nuestro objetivo.
¿Cuánto tiempo puede durar un tratamiento de psicoteria, de que depende?
Depende de muchos factores. Por ejemplo la complejidad del caso, lo involucrada que esté la persona, el tiempo que ha pasado desde que empezaron los primeros síntomas hasta que acude a terapia, sus propias habilidades… Hay terapias más cortas que pueden ser de 8-10 sesiones (es decir, 2 o 2 meses y medio).
En cambio, hay otras que se pueden alargar mucho más en el tiempo, pudiendo durar incluso 2 años.
¿Cuál creéis es la diferencia entre acudir con un coach y con un psicoterapeuta profesional?
Primero, me gustaría explicar brevemente la diferencia entre psicoterapeuta y psicólogo. La psicoterapia es un término a veces un poco más ambiguo, ya que es una especie de cajón desastre donde se pueden meter muchas formaciones. No todos los psicoterapeutas son psicólogos.
A veces basta con un curso sobre alguna formación en algún enfoque terapéutico como Programación Neurolingüística, logoterapia, terapia hipnótica… El psicólogo en cambio, sí ha tenido que estudiar la carrera de Psicología, estar colegiado y haber realizado un máster en Psicología Clínica o tener la habilitación sanitaria. Por tanto, habrá psicoterapeutas que sí hayan estudiado psicología (los 4 o 5 años de carrera más un Máster, normalmente de 4 años en Psicoterapia) pero habrá otros que podrán considerarse psicoterapeutas habiendo estudiado un curso de 15 días.
Ahora sí, ¿cuál es la diferencia entre el psicólogo y el coach? Para mí esta batalla entre psicólogos y coaches no tiene mucho sentido. Si cada uno de los profesionales tiene claro hasta dónde puede llegar, creo que pueden ser complementarios. El psicólogo trabaja conductas disfuncionales, trabaja con el dolor, con lo que no funciona a nivel emocional, con las conductas desadaptativas, es decir, aquellas conductas que no están funcionando en tu día a día. Sabe cómo funciona el cerebro, la psique, y trabaja con ello mediante hipótesis para conseguir los objetivos de terapia. En cambio, el coach, está más orientado en conseguir ciertos objetivos sin pararse a profundizar tanto en ellos.