Gaspar Quintero, madrileño de 26 años, lleva 7 en el mundo de los canes y 4 como docente para la formación de adiestramiento canino. Su empresa se llama "Gaspar Adiestrador Canino" y ofrece como servicio principal "Clases particulares a domicilio", trabajando los bloques de Educación, Adiestramiento y Modificación de conducta en perros. Se inició en esta profesión por el gran interés que tiene en el conocimiento de la psicología animal y su sensación de autorrealización a la hora de ayudar a otras personas, mejorando tanto la calidad de vida de su animal como la de aquellos que conviven con él. Tras el éxito de su trabajo con los perros a lo largo de estos años y el excelente trato con el cliente, ha ampliado el equipo añadiendo a un compañero, al que tuvo la oportunidad de formar en su momento, por lo que trabajan con metodologías similares y mantienen el trato adecuado con el cliente. Sus expectativas de futuro están enfocadas en seguir ampliando el equipo si la demanda sigue creciendo al mismo ritmo.
En cuanto a lo que más le solicitan los clientes, los bloques citados anteriormente tienen un porcentaje de demanda muy claro: Educación (15%), Adiestramiento (40%), Modificación de conducta (65%). Por lo tanto, donde hay que trabajar más y seguir avanzando lo máximo posible es en el último bloque, según Gaspar. Explica que en esta profesión hay que estar en continua formación, ya que se aprende diariamente en cada clase que imparten y los métodos de entrenamiento varían con mucha frecuencia, buscando de esta manera ser cada vez más eficientes. Además, Gaspar está especializado en la formación de perros detectores de sustancias para que puedan realizar con éxito servicios de seguridad privada.
Se inició en el mundo del adiestramiento canino gracias a la pasión que desde pequeño ha sentido por los perros, movido por el enorme interés que sentía por observarles e interactuar con ellos, siempre con ganas de ir un poco más allá, hasta que en la actualidad dirige su propio centro de adiestramiento profesional. Con el tiempo ha ido ampliando sus conocimientos y experiencias, rodeándose de grandes profesionales, especializándose en adiestramiento base, educación canina y modificación de conducta. Es su pasión poder ayudar a las personas a conocer mejor a sus perros y que juntos consigan que el haber incorporado un perro a sus vidas sea algo positivo y enriquecedor.
¿Por qué creéis que es importante contratar a un entrenador canino profesional?
Porque somos capaces de hacer que los niveles de estrés y ansiedad se reduzcan al máximo y que el perro sea "un apoyo", y no "un problema". Cuando se tiene un problema con tu perro puede generar una situación muy compleja en los propietarios: estrés, ansiedad, desesperación... incluso separaciones, enfados con los hijos, etc. Por lo tanto, es fundamental contactar con un profesional que pueda transmitir los conocimientos suficientes para sobrellevar esta situación.
¿Qué tipo de entrenamiento canino realizais?¿En qué consiste?
Servicio de Educación, Adiestramiento y Modificación de conducta.
1. Educación: con este entrenamiento asentaremos las bases para que un perro por si solo tome decisiones adecuadas con respecto a una convivencia saludable. También se enseñará cómo una persona debe comunicarse con su perro e implementar una relación de bienestar y respeto mutuo en el domicilio.
2. Adiestramiento Canino: en pocas palabras, lograremos que los perros hagan caso a las personas en todo momento. Esto lo conseguiremos enseñando al perro las órdenes básicas que permitirán controlarlo en cualquier situación. Las órdenes básicas son: caminar al paso, sentado, tumbado, quieto y acudir a la llamada.
3. Modificación de Conducta:
En las clases particulares tratamos cualquier problema de comportamiento inadecuado que esté mostrando tu perro.
Estas son algunas de las conductas inadecuadas más comunes:
• Ladrido excesivo tanto en casa como en la calle.
• Agresión hacia perros.
• Agresión hacia personas.
• Agresión territorial.
• Conductas rebeldes como, por ejemplo, hacer incursiones en la basura o subirse encima de la gente para saludar.
• Miedos y fobias.
• Hiperactividad.
• Ansiedad por separación que repercute en ladridos, destrozos, orines y excrementos en casa, etc.
• Excesiva excitación al salir al paseo o al regresar a casa.