Natalia García Gutiérrez, nacida hace 37 años en Madrid, sintió desde pequeña pasión por la fotografía. Para ella resultaba algo mágico poder guardar para siempre esos momentos que estaban siendo tan especiales para y luego poder revivirlos a través de esas fotografías. Así empezó todo su vocación profesional y hoy en día es técnico superior de Imagen y sonido, con estudios terminados en 2005. Estudió fotografía al terminar sus estudios en el instituto; tenía claro que todo lo relacionado con la imagen era lo que quería hacer y los días y meses pasados dentro del laboratorio de fotografía le hicieron enamorarse todavía más de todo lo relacionado con la foto. Sus prácticas fueron en uno de los estudios más importantes del mundo de la moda de aquel momento y nunca olvidará todo lo que le enseñó el estar allí, aparte de la ilusión de una chica de 20-21 años rodeada de todo lo que le encantaba, estando presente y formando parte de producciones de moda de las revistas más importantes del momento. Explica Natalia que el mundo de la fotografía es bonito, pero a la vez complicado y pasaron años hasta que pudo empezar con su marca Ngestudio Fotografía, en 2009 cuando decidió emprender, aunque durante unos años compaginó su empresa con diferentes trabajos que le ayudaban económicamente. A día de hoy es 100% autónoma con su empresa de fotografía, aunque como a todos, la pandemia le ha hecho mella.
Natalia siempre ha tenido apoyo de su gente, familia y amigos, y eso ha sido muy importante para seguir luchando cada día por su sueño, afrontar los altibajos y buscarse sus propios trabajos. Tras centrarse en fotografía social (bodas, familias, embarazo, new born) ha vuelto a realizar fotografía de moda y durante la pandemia ha dividido su empresa en dos líneas de negocio diferentes. Ngestudio fotografía se ha quedado como la parte de fotografía social y Natalia García Fotografía se ha quedado con la parte de empresas (moda, corporativos, producto y eventos), una decisión con la que se siente encantada . Cuenta con un equipo maravilloso y en el que confía al 100%. A Natalia le encanta contemplar las caras de ilusión cuando entrega un reportaje de boda. Explica que el suyo es un trabajo de mucho esfuerzo, muchas horas, que le hace perderse mucha vida de su gente por tener que trabajar, pero a la vez es muy gratificante. Sigue poniéndose nerviosa en cada sesión, en cada reportaje. Para Natalia, esas ganas de ver lo que ha disparado con su cámara, esa ilusión de poder dejar recuerdos para toda la vida, no tiene precio.
¿Qué tiempo demora la entrega del book de bodas? ¿En qué formato recibiréis las fotos?
En este caso no hay un tiempo exacto, depende del momento de la temporada en el que estemos, ya que si es en pleno verano, estamos a tope y se acumula mucho más el trabajo y es más complicado. No obstante, las fotos las reciben online en los primeros 3 meses (antes les envío un adelanto).
Las fotografías las reciben vía online antes de venir al estudio a recoger el trabajo completo y ellos ya eligen si quieren fotos impresas, si han elegido álbum me dicen cuáles son las fotografías que quieren que aparezcan... es un proceso muy bonito y del que siempre les digo que tienen que disfrutar mucho porque es como el final de su gran día.
Las fotos, dependiendo del pack que elijan, tendrán su USB y a ello le sumaremos fotos impresas o tendrán su álbum... Lo que sí está claro es que vía online y en USB las van a tener.
¿Cuál dirías es el estilo que os caracteriza como fotógrafo de bodas? ¿De qué manera lográis conectar con los novios para lograr transmitir mejor los sentimientos en las fotos tomadas?
Yo siempre digo que somos fotógrafos muy emocionales. Eso es lo que nos caracteriza como fotógrafos. Para mí y así se lo he transmitido siempre al equipo, es súper importante captar esos momentos de miradas, abrazos, besos... que quedarán para siempre en el recuerdo de los clientes.
Creo mucho en que son momentos que querremos ver pasados los años y serán los que realmente nos hagan revivir ese día tan especial con nuestra gente. Esa esencia es especial. Para posar cualquier día es bueno y podemos montar una postboda, por ejemplo, que me encantan, pero en la que nos centraremos en la pareja. Sin embargo, el día de la boda hay tantas emociones y sentimientos a flor de piel que es lo que más me gusta dejar capturado y si a todo eso le aportamos el juego de luces y sombras, que adoramos, entonces salen fotografías como las que veis en nuestros perfiles o web.
Hacemos solo 20 bodas al año. El hecho de poder tener esa conexión especial con los clientes, que ellos sientan que son especiales y que podamos tener una atención más personalizada es fundamental en Ngestudio. Tuvimos unas temporadas de hacer muchas más bodas y el agobio era tal que dije "hasta aquí, no podemos seguir así porque no es lo que realmente queremos". Por ello es cierto que hay fechas muy concretas que se reservan con mucho tiempo de antelación.
Siempre les digo a todas las parejas que tienen que tener una conexión con sus fotógrafos y videógrafos. Para nosotros, esa conexión es lo que nos hace que ellos el día de la boda estén más tranquilos y seamos parte de todo lo que han montado y no unos desconocidos.
Conocer lo que les gusta, quiénes son importantes para ellos... son detalles esenciales para lograr esa conexión.
¿Qué consejos me darías a una persona que quiere dedicarse a ser fotógrafo para tener éxito profesional?
La formación es sin duda la cuestión clave. Yo no he parado de formarme. Cada año invierto una importante cantidad de dinero para formarme. Si no estás formándote, el mercado te termina comiendo. Mi esencia siempre será la misma, pero la formación es fundamental para poder avanzar.
Además de formarse, es clave disparar mucho. La práctica es muy importante, porque si tienes formación pero no prácticas, no avanzamos.