María del Carmen Gutiérrez Sanz, toledana de 33 años, cursó sus estudios de Derecho en la promoción de 2005 a 2010 en la Universidad de Castilla la Mancha, en Ciudad Real, incorporándose en su promoción los exámenes orales. En abril de 2012 comenzó como pasante en un despacho de abogados de Madrid y dos años después fue contratada en otro despacho de abogados donde asume más responsabilidad, ya que sustituyó a una de las titulares del despacho por baja de maternidad, y a su vez le permitieron tener su propia cartera de clientes, siendo éste uno de sus objetivos para poder lograr en un futuro su sueño de poder trabajar como abogada autónoma. Su empresa comenzó su andadura en enero de 2017 cuando se hizo autónoma y creó la firma Gutiérrez Abogados. Desde el principio, su cartera de clientes ha estado enfocada a su especialización de Derecho de familia en toda su amplitud, sin embargo con el paso del tiempo, ha ido ampliando las materias, aunque cuenta con compañeros de confianza con los que mantiene colaboraciones a fin de prestar siempre el mejor servicio al cliente. Por tal motivo, aunque trabaja por cuenta propia, su despacho se encuentra ubicado en un piso donde están más compañeros de otras especialidades y, como trabajadores autónomos, permitiendo ofrecer cobertura en cuanto a sustituciones y colaboraciones, de modo que sus clientes siempre puedan consultar todos los asuntos.
Dentro del área civil y penal, María se especializa en el Derecho de Familia en toda su amplitud (divorcio, separaciones, medidas paternofiliales, modificaciones de medidas, incapacidades, adopciones, ejecución de incumplimiento de sentencias, suspensiones del régimen de visitas, procesos de jurisdicción voluntaria, liquidaciones de regímenes matrimoniales, etc.). Lo que más suelen pedir los clientes en la actualidad son divorcios/separaciones o medidas paterno filiales –este procedimiento se produce cuando las parejas no están casadas pero tienen hijos en común–, y modificaciones de medidas. Señala María que, en virtud al giro que ha dado la propia jurisprudencia y como poco a poco va cambiando nuestra sociedad, una de las pretensiones solicitadas por sus clientes en estos procesos es la custodia compartida, habiendo llegado a conseguirla en varios procesos. Desde su punto de vista, es uno de los sistemas de custodia más deseable tras la ruptura, porque es la forma de situar al menor en el medio, por la presencia de ambos padres, por el principio de corresponsabilidad y porque todo ello daría lugar a que se realice el interés del menor de convivir en una sociedad igualitaria. Ahora bien, esta profesional nos incide en que, a pesar de ser este sistema el más deseable, no siempre tiene cabida ni se otorga por el Juzgado de forma injusta y a veces se otorga Que eso sea así no quiere decir que, por el mero hecho de solicitar Ahora bien, esta profesional nos incide en que, en muchos casos de forma incomprensible, no se otorga la custodia compartida a pesar de que se cumplen todos los requisitos, lo que hace que se frustre porque aún no se ha logrado la igualdad, así como que también en alguna ocasión se han otorgado cuando desde su punto de vista a quienes no eran merecedores de la misma, ya que dicha solicitud sólo revestía aspectos económicos.
Desde el Bachillerato, María supo que quería estudiar Derecho, hasta el punto de que, como tuvo muy buena media entre los dos años de bachillerato y selectividad (9), solo puso en la matrícula Derecho. A lo largo de los cinco años, desde el segundo año de carrera todos los periodos estivales se iba a trabajar en un despacho que tenían unas primas, y aprendió más sobre la esencia del trabajo de abogado, así como su responsabilidad, lo que eran las gestiones a realizar y el trato a los clientes. Desde entonces, siempre lo tuvo claro y en cuanto le dieron la oportunidad de trabajar en un despacho como pasante intentó demostrar que quería aprender y formarse como la mejor, siendo muy exigente en el trabajo que le encomendaban. Las razones que le empujan al cumplimiento de su trabajo son que disfruta y ama su profesión hasta el punto de que no se imagina sin trabajar como abogada y sin auto exigirse al nivel al que está acostumbrada para defender a sus clientes. Ahora que ha sido madre recientemente, tiene claro que jamás podría renunciar a su profesión y se ha esforzado para organizarse mejor y atender las dos cuestiones más importantes de su vida de la mejor manera posible.
¿Por qué es necesario contratar a un abogado al solicitar un divorcio? ¿Qué actividades necesitan el acompañamiento de un profesional en este campo?
Es necesario que te asegures de que el abogado que escoges conoce bien la materia sobre la que versa tu caso, que sea honesto respecto a las posibilidades de tu asunto de alcanzar tus pretensiones según tus circunstancias y que si se va a tramitar el divorcio por mutuo acuerdo, cada parte tenga su propio abogado.A todo esto, es necesario que dicho profesional empatice contigo y que conectéis, ya que al ser un proceso tan personal. necesitas un poco de apoyo y que te expliquen todas las dudas que a lo largo del proceso te puedan ir surgiendo.
En cuanto a las características, expondré las que yo aplico o en su caso lo que a lo largo de estos años los clientes me han resaltado:
- Estar siempre actualizado y en constante formación con los diferentes cursos que proporciona el colegio de abogados.
- No ser conflictivo con el contrario ni buscar estrategias enmarañadas que enturbien el asunto.
- Honestidad desde el principio en trasladar al cliente las posibilidades de lograr las pretensiones que éste busca, aunque no le guste o le parezca injusto lo que le tengas que decir, e intentar reconducir al cliente así como corregirles en algunas de sus propuestas, si las mismas no son correctas ni están bien planteadas. (Con esto quiero decir que no siempre hay que decir amén al cliente, máxime cuando el profesional es el que firma la demanda y es conocedor de lo que se puede o no pedir, evitando así que el juez te eche una bronca con toda la razón y te haga responsable que si eso pide el cliente también nosotros somos los profesionales y sabemos lo que tiene cabida y lo que no ).
- Claridad en el asunto y proceso.
- Intentar agotar la vía del acuerdo a través de las comunicaciones entre letrados de las partes, sabiendo cuando hay intención de alcanzar el mismo y cuando lo único que se busca por una de las partes es demorar el asunto.
- Nunca garantizar el éxito a priori, ya que las resoluciones las dictan los jueces, diferente a que se tenga que hacer un buen trabajo para intentar lograrlo.
-Empatía.
- Profesionalidad y seriedad.