Miguel Ruiz Calvo, abogado de vocación perteneciente al Colegio de Málaga, es de Ronda y malagueño de corazón. Tras cursar la carrera, tuvo claro que quería dedicarse al ejercicio de la abogacía. Explica que la mayoría de abogados suelen seguir un mismo camino: comienzan como pasante en algún despacho de abogados para ir tomando contacto con la profesión mientras cursan la carrera y cuando terminan, empiezan a trabajar realmente como abogado en algún despacho: juicios, asistencias y un largo etcétera. Una vez finalizada esta etapa de toma de contacto con la profesión, es cuando abren su propio despacho. Esta suele ser la ruta normal que siguen la mayoría de abogados y que el propio Miguel siguió. Estuvo en varios despachos de abogados de Málaga, aprendiendo de los mejores abogados, a los que está y estará siempre enormemente agradecido por la oportunidad que le dieron y lo que aprendió de ellos y con ellos. Una vez finalizada esta etapa en Málaga, Miguel regresó a su ciudad natal, Ronda y, junto con otros abogados, acordaron desarrollar un grupo humano de abogados que pudiera abarcar varias áreas y dar un asesoramiento integral en todos los problemas legales que van surgiendo en el día a día de sus clientes.
Dentro del grupo de abogados que forman el despacho Ruiz Calvo Abogados, cada miembro está especializado en unas materias determinadas. Juntos, logran brindar al cliente un asesoramiento integral, ya que los problemas no suelen ser estancos, sino que suelen tener imbricación en distintas ramas del derecho. Por ello, en la página web del despacho, cada profesional que conforma el bufete, tiene reconocidas y explicitadas cuáles son sus áreas de trabajo. Desde muy pronto, Miguel se decantó por el Derecho del Seguro y la Responsabilidad Civil, materias muy interrelacionadas entre sí. No obstante, también suele llevar asuntos de derecho laboral, de derecho de familia y de derecho penal. Explica Miguel que el fin de todo despacho de abogados es crecer y adquirir relevancia en todos los aspectos. Abrir nuevas sedes y poco a poco ir colaborando con más abogados y que integren la firma. También afirma que cada cliente es distinto y por ello suelen demandarse distintos objetivos o distintas cualidades de la persona que lo atiende. No obstante, suele ser frecuente que las personas requieran un trato personalizado y, sobre todo, empatía con sus problemas, algo que ellos en su despacho consiguen ofrecer.
Sus motivos para elegir este trabajo fueron varios. Afirma que lo primero que se tiene claro es la carrera: Derecho. Nos indica Miguel que esta carrera te brinda muchas posibilidades y distintas salidas. En su caso, decidió ser abogado un poco por corriente, porque lo uno lleva a lo otro, cuando terminas Derecho y acabas realizando el Máster de la Abogacía, un poco por tendencia general. Finalmente, lo que empiezas por corriente, acaba gustándote y es a lo que te dedicas. Eso le pasó a él. El motivo que le empuja día a día a continuar con su trabajo es ver la satisfacción en la gente cuando se hace un buen trabajo. Para Miguel, esta profesión no es sólo conocer leyes y/o plantarse en un Juzgado, hay un componente humano muy fuerte detrás: sus clientes, la relación con la parte contraria, etc., etc. Esas cosas son las que verdaderamente le exigen en el plano personal y el profesional.
¿Cuál es el coste promedio de una demanda en el campo del derecho laboral? ¿De qué depende el monto final de honorarios?
Depende principalmente del tipo de procedimiento que se va a entablar. Incluso ha de valorarse la cuantía del procedimiento. Muchas veces, nos llegan supuestos que, sinceramente, no merece la pena reclamar, porque el coste de entablar un procedimiento es mucho mayor que el mejor de los beneficios a conseguir, y así se lo hacemos ver al cliente.
Este "no merece la pena reclamar" va de la mano de la precariedad laboral que nos acompaña actualmente: los contratos son de menor duración, por lo que, por ejemplo, acudir a los tribunales puede suponer un mayor costo que lo que se podría conseguir por, por ejemplo, despido improcedente (también se estudia la posibilidad de conseguir el despido nulo a efectos de reincorporación y percepción de los salarios de tramitación).
¿Cuáles son los problemas mas frecuentes que llegan a vuestro despacho en al campo del derecho laboral?
En materia laboral, nos suelen llegar asuntos relacionados con las malas relaciones habidas entre el trabajador/trabajadores y la empresa. Esto incluye situaciones de toda índole: despidos, obviamente; supuestos de falsos autónomos o, directamente, contratación irregular (en negro).Asimismo, vemos asuntos de falta de respeto a los derechos laborales, ya sea los registrados en el convenio, en el Estatutos de los Trabajadores, etc; situaciones acoso, conciliación de la vida familiar y laboral. Lógicamente, desde el inicio de la pandemia por la covid-19 también recibimos muchos asuntos relacionados con los famosos ERTEs.
¿En que tipo de actuaciones judiciales se requiere la asistencia de un abogado laboralista?
Antes de entrar a responder la pregunta, conviene concretar que, sea o no preceptiva la asistencia de abogado, siempre es recomendable acudir con un profesional, sea abogado o graduado social, que nos apoye en el procedimiento. Acudir solo, aunque legalmente se puede, no es una opción recomendable y desde aquí abogamos por su no comisión.Entrando en la pregunta, las primeras instancias de los procedimientos laborales no suelen requerir de abogado, pero para entablar recursos como los de suplicación o de casación, sí es necesaria nuestra intervención. No obstante, reitero: para poder defender eficazmente nuestros derechos, es mejor dejarse asesorar/guiar por profesional cualificado, en este caso, en materia laboral.