Johan Espinoza nació en Maracaibo (Venezuela) hace 45 años y es tatuador y piercer en su estudio de Fuengirola, del que es propietario. Vive en Málaga, España, desde 2007 y su empresa se llama Tattoo Me.
Ahora mismo componen la empresa 3 personas, que han mejorado el servicio a sus clientes ofreciendo respuestas de manera casi inmediata y mejorando la calidad de los trabajos que realizan. Explica Johan que un buen trabajo supone clientes contentos y siempre tratan de mejorar cada día. Cada miembro del equipo tiene una especialización. La de Johan es la geometría black work. Asimismo, está abierto a todos los estilos, siempre apuestan por renovarse cada día. Entienden que la moda y los estilos pasan y tienen que tener nuevas alternativas para seguir sorprendiendo a sus clientes.
A Johan le gusta que sus clientes se dejen aconsejar, ya que de esa manera todos salen satisfechos. Los clientes piden de todo dependiendo de las modas. Tienen clientes que son específicos con lo que quieren y se les da alegría realizando sus peticiones de manera exacta. Desde niño, a Johan le gustó dibujar, por lo que se planteó ser tatuador y ya cuenta con 15 años de experiencia. Las razones para trabajar día a día son su familia, su hija de 11 años, que es la que le da la fuerza para seguir adelante y la satisfacción de que sus clientes vuelvan, señal de que les gusta el trabajo realizado en ellos y no dudan en repetir.