Juan José Pérez Martín, malagueño de 38 años, siempre ha vivido en Vélez-Málaga. Desde que acabó sus estudios en 2007 ha trabajado en diversas clínicas y centros asistenciales de su provincia, comenzando en el Centro Asistencial San Juan de Dios, cuyo gran equipo profesional y humano le transmitió unos valores que marcaron su forma de ejercer la profesión. Cursó estudios de posgrado mientras trabajaba en otras clínicas (como Clínica Reding o Clínica Espinola). En 2014 fundó en Vélez-Málaga “Psicología Centro” y logró una excelente acogida, por lo que dejó de compaginar su trabajo en Málaga para centrarse en su consulta, que en el 2016 trasladó a la calle principal de la localidad, mejorando considerablemente la ubicación y la luminosidad de las instalaciones. También en el 2016 aumentó la cartera de servicios, añadiendo la Psicología Infantil y la Terapia Familiar, áreas de las que se encarga una excelente profesional de la psicología como es Vanessa Robles, una psicóloga con amplia experiencia y formación que colabora en la consulta casi desde sus inicios. El último servicio en añadirse ha sido la terapia online. Especialmente durante el confinamiento a causa de la expansión de la covid-19, ha ofrecido sus servicios por vía telemática, ya sea por videoconferencia o por llamada telefónica. Pese a las reticencias iniciales de los clientes y de él mismo, ha comprobado que esa cercanía y ese contacto íntimo y humano que él aprecia en su consulta cara a cara se producía de la misma forma que en una sesión presencial, en algunos casos incluso más, ya que las personas hablaban desde la comodidad y tranquilidad de su casa. Por eso sigue ofreciendo terapia online, dando así la posibilidad de poder atender a gente de todo el territorio nacional o castellanoparlantes de cualquier parte del mundo. Afirma que, definitivamente, se puede hacer terapia por internet, se puede sentir cercanías por internet, del mismo modo que hasta hay gente que se enamora por internet.
Las principales áreas de trabajo de Juan José son la terapia individual y la terapia de parejas. En la primera, trabaja con población adolescente y adulta, principalmente problemas de tipo emocional, aunque el abanico de problemas tratados es bastante amplio, incluyendo adicciones, problemas relacionales, falta de motivación, obsesiones, problemas de personalidad etcétera. En lo que respecta a la terapia de pareja, trata a población adulta, desde parejas jóvenes hasta personas en la tercera edad, aunque es cierto que estas últimas son más reticentes a este tipo de terapia. Le gustaría contribuir a la desestigmatización de los problema de salud mental porque indica que, aún a día de hoy, son muchos los tabúes que rodean a este mundo. Es por ello que, además de su trabajo en consulta, suele participar en programas de radio, tiene un canal de YouTube para la difusión de conocimiento acerca de la Psicología y está dispuesto a colaborar en todo lo que ayude en ese sentido. Le gustaría que la gente viera la Psicología como lo que realmente es: una herramienta a disposición de todo el mundo para cuidar su salud mental, tan importante como la salud física y que, como esta, de vez en cuando necesita una “puesta a punto” sin que ello suponga ningún drama. A nivel individual, la patología más frecuente que se presenta en su consulta son los problemas de ansiedad, como preocupaciones excesivas, ataques de pánico, etc. También son muy frecuentes los problemas de estado de ánimo y desmotivación. En cuanto a las demandas de terapia de pareja, suelen ser frecuentes las discusiones cotidianas que acaban aumentando progresivamente el malestar, además de problemas de falta de confianza.
Juan José recuerda que, desde bastante joven, siempre fue considerado una persona con gran empatía, que le gustaba ir más allá en la comprensión de las personas y las situaciones y cree que esto influyó en su elección profesional. Sus clientes nunca son un número más en los expedientes, sino compañeros con los que trabaja para lograr un objetivo. Para él, cada caso es un reto y un mundo diferente. Cada problema tiene su idiosincrasia, cada dolor o sufrimiento no es comparable a otro, por lo tanto, su obligación es estar siempre adaptándose y renovándose cada día. Aunque pueda sonar abrumador, a nivel personal le supone un crecimiento diario que ha de agradecer a sus clientes y que no cambiaría por nada.
¿Cuales son los tipos de problemas más frecuentes de las personas que asisten a vuestras terapias de pareja?
Los problemas que hacen que la gente acuda a consulta para recibir el servicio de terapia de pareja son realmente variados. Suelen ser frecuentes situaciones en las que las discusiones han aumentado de forma considerable y, aunque ambos miembros de la pareja consideran que empiezan a discutir por “tonterías”, acaban generando situaciones realmente incómodas.
También hay momentos en los que la pareja se enfrenta a cambios vitales que hacen que sea necesario un reajuste, como el nacimiento de un nuevo hijo, una situación de desempleo, una mudanza etcétera. También suele haber situaciones en las que la pareja se ha deteriorado por algún motivo, como, por ejemplo, una infidelidad por uno de los miembros de la pareja. En este caso el trabajo consiste en recuperar la confianza reconstruyendo la pareja. Suelen ser frecuentes los problemas sexuales, como dificultades de erección, bajo deseo sexual, anorgasmia, etcétera. Es destacable como, en la mayoría de estos casos, una de las principales causas consiste en problemas en la comunicación u otro malestar subyacente en la pareja. Por ese motivo siempre es importante realizar una buena evaluación al inicio.
¿Cuál es la importancia de la terapia de pareja para mejorar la comunicación entre los conyugues?
Me atrevería a decir que, si no existieran los problemas de comunicación, la terapia de pareja carecería de gran parte de su razón de ser. Es altamente frecuente, cuando observo los problemas de pareja de forma imparcial, que ambos miembros de la pareja quieran lo mismo y estén diciendo prácticamente lo mismo.
La cuestión es que, simplemente, ambos miembros de la pareja digan lo mismo pero usando otras palabras, usando otro lenguaje.
No se trata solo de estar dispuestos a comunicarnos de una forma sincera, respetuosa y clara, también es muy importante ser capaces de escuchar los mensajes sin dejarnos llevar por nuestros miedos o nuestras ideas preconcebidas. Es verdaderamente gratificante, al final de una terapia de pareja, ver cómo ambos miembros se miran a los ojos, sonríen y se nota cómo esa comunicación fluye, cómo vuelve a haber conexión y vuelven a hablar en el mismo idioma.