En el estudio, el proyecto de interiorismo lo dividimos en diferentes fases. Lo más importante, tanto de una vivienda como de un local, es la distribución. Los espacios, además de tener un buen diseño, deben de ser funcionales y cumplir el programa de necesidades de cada cliente.
Una vez elegida la distribución ideal, hay que definir estéticamente el proyecto, elegir todos los acabados, materiales, elementos como puertas, manillas, ventanas, mecanismos, sanitarios… Hay que estudiar la iluminación, diseñar la cocina, los baños, elegir el mobiliario y un largo etcétera. Si se trata de un negocio, hay que elegir y diseñar lo propio para cada local.
Es complicado hablar de tiempos en general, ya que cada proyecto es particular, no es lo mismo el tiempo para una reforma integral, que para hacer una cocina, o diseñar solo el amueblamiento en un espacio en el que no haya que hacer obra… Pero, para intentar hacer un análisis general, podríamos hablar de que para una reforma integral, la fase de proyecto puede rondar entre los cuatro y seis meses, y la obra, dependiendo de la envergadura, entre los tres y seis meses.