Silvia Cortada, de 36 años, reside en un pueblo en la montaña muy cerca de Reus aunque nació en Lleida. Silvia montó su propia consulta hace 7 años después de trabajar tres años en otro centro en el cual aprendió mucho. Silvia empezó sola, muy ilusionada, al cabo de poco fue madre por primera vez, y la visión de su trabajo cambió por completo. Volvió a quedarse embarazada y ahí tuvo la suerte de encontrarse con su compañera Miryam, fisioterapeuta y Psiconeuroinmunologa, de quien dice que es una gran profesional a la que admira muchísimo. Y cuando fue a hacer rehabilitación del suelo pélvico tuvo la oportunidad de conocer a la que ahora es la tercera compañera, Itxaso Galdós, una gran fisio especializada en la mujer.
El área de especialización de Silvia es la mujer en todas sus etapas, aunque lo que más le gusta y donde le encanta profundizar es en la parte emocional. Explica que ayudar a tomar conciencia del origen de la patología o síntoma para poder comprender que la enfermedad o dolor no es algo malo, sino una ayuda para nuestro crecimiento personal. La demanda de sus clientes normalmente es solución para el dolor o la tensión muscular, aunque las demandas son muy variadas. Incluyen trastornos digestivos, dolores de cabeza, trastornos del ciclo menstrual, angustia o malestar en general. Silvia se siente realizada cuando puede ayudar a alguien, cuando gracias a su trabajo con las manos desaparece o disminuye el dolor o el malestar, cuando gracias a la comprensión de su síntoma su consciencia corporal y emocional aumenta y es capaz de coger las riendas para solucionar el origen del síntoma.