Raquel Sobrino es una madrileña de 42 años de edad Licenciada en Administración y Dirección de Empresas y Master MBAExecutive. Tras 11 años en el mundo financiero, decidió dejarlo todo por el yoga. Su empresa nace de la intención de compartir con el mundo sus sensaciones y emociones tras la práctica del yoga. Bikram Yoga Valencia lo componen un equipo de profesores titulados y certificados, nacional e internacionalmente. El capital humano es uno de los valores más importantes de la empresa. El único cambio a destacar en los últimos años ha sido el crecimiento de alumnos que practican yoga, ya que cada vez es más la gente la que se atreve a probarlo y cabe destacar la inclusión creciente del segmento masculino en la práctica. Su área de especialización es el yoga, pero, más allá de un mero ejercicio físico, quieren que el alumno, cuando acuda al Estudio, sienta un cambio en su cuerpo, que es el más inmediato, pero también en su mente, con una sensación de relajación, y en su alma.
Quieren llegar al lado más espiritual de cada persona para que sepan que hay algo ahí dentro. Nos explican que la gente lo que más necesita es desconectar, relajarse y sentir calma. Paz por dentro. Tras trabajar muchos años en el sector financiero, Raquel empezó a practicar yoga en un busca de relajación y lograr controlar el estrés. Poco a poco surgieron más inquietudes, ganas de profundizar en la práctica, de saber más. Paralelamente a este proceso, nos indica que es natural empezar a querer cuidarte más, a preocuparte por tu cuerpo, por cómo funciona, por la alimentación… Para Raquel fue un proceso nuevo, unas puertas que se abrieron ante ella y que quiso abrir. Un día tomó la decisión de dejarlo todo, de parar y pensar. Era momento de hacer lo que realmente quería hacer: abrir su propio Estudio de yoga y dar a conocer al mundo lo que el yoga había hecho por ella, su experiencia. Comenzó a viajar, a conocer profesores, a visitar diferentes estudios de yoga por el mundo. Hasta que llegó el momento de su formación: en septiembre de 2011 en Los Ángeles se formó como profesora certificada de Bikram Yoga.
¿Cómo es la primera clase de vinyasa yoga? ¿Cómo está conformado el plan de estudio que impartís?
En el Estudio tenemos una oferta de introducción de 10 días consecutivos para que los nuevos alumnos conozcan el yoga, vengan a clase y prueben las distintas disciplinas que impartimos. Para que sepan con varias clases cómo les sienta, y qué es lo que el yoga te puede aportar. Una sola clase no es suficiente para sentir los beneficios.
Una primera clase siempre es especial, única e irrepetible. No se olvida. Cuando tenemos una edad, no estamos acostumbrados a hacer cosas nuevas. Por eso, acudir por primera vez a un Estudio de Yoga, para realizar una primera clase sin experiencia previa, es un acto de valentía. Hay que hacerlo, se abre ante ti un mundo de posibilidades.
Descubres que en la esterilla puedes ser tú mismo, sin exigencias ni presiones; es respirar a tu compás y sentir, sentirte. Liberas tensiones y emociones. Siempre tras una clase de yoga estas diferente a cómo comenzaste, sin duda, ¡hay que experimentarlo!
¿A qué tipo de personas recomendáis iniciar la práctica del Vinyasa Yoga y por qué?
El yoga se lo recomiendo a todo el mundo. Pero indicar el tipo de yoga concreto es más difícil. Sin conocer a la persona no me atrevería a recomendar un tipo de yoga u otro, porque cada persona es diferente y pasamos por momentos diferentes de la vida. La gente tiene que animarse y probarlo.
Una clase de vinyasa yoga es dinámica, fluyes en las posturas con la respiración, es como una coreografía. Mueves el cuerpo, eliminas toxinas, tonificas, sudas...