Pablo Gargallo Aguarón es fisioterapeuta y uno de los fundadores de Fisiomez, un centro de fisioterapia en Zaragoza. En 2009 terminó sus estudios de Fisioterapia en la Universidad Internacional de Cataluña, y desde entonces ha trabajado ininterrumpidamente en el ámbito clínico, en el tratamiento de pacientes con trastornos musculoesqueléticos, principalmente dolor de espalda. Ha realizado un master en terapia manual en la Universidad de Zaragoza, así como numerosas formaciones orientadas al tratamiento de patología musculoesquelética y al abordaje del dolor. Actualmente, combina la labor clínica con la docencia universitaria en la Universidad de San Jorge de Zaragoza. Fisiomez es un centro de fisioterapia en Zaragoza que nace en 2016 con una filosofía muy clara de trabajo, basada en una valoración exhaustiva del problema del paciente y en la prescripción de un tratamiento individualizado para cada paciente. El proyecto surge de la unión de dos fisioterapeutas, amigos desde la etapa universitaria, que después de varios años de diversas experiencias profesionales, decidieron iniciar este proyecto propio acorde a su manera de entender la fisioterapia. Con trabajo y esfuerzo, han ido creciendo año a año, y como centro sanitario han ampliado sus servicios de salud con fisioterapia de suelo pélvico y embarazo, y con servicio de nutrición.
Ya desde sus inicios, orientaron su formación hacia la especialización en el tratamiento de patologías musculoesqueléticas, especialmente en el tratamiento del dolor de espalda. El tratamiento del dolor ha sido su principal área de interés, y su línea de trabajo principal, y por ello han realizado diversas acciones en este ámbito, además de su labor con los pacientes: charlas informativas, cursos para pacientes y para profesionales, actividades grupales, asistencia a ponencias y congresos, etc. La mayoría de los pacientes que acuden a su centro buscan ayuda para recuperarse de su dolor, y por ello a través de su especialización, su objetivo es convertirse en un centro de fisioterapia de referencia en su ciudad para ayudar a este tipo de pacientes. Pablo siempre se ha considerado muy afortunado por haber tenido muy claro desde niño a qué se quería dedicar. Desde que tuvo conocimiento de lo que era la fisioterapia quiso dedicarse a ello, y a medida que la fue descubriendo más, aún lo tuvo más claro. La fisioterapia, como el resto de las profesiones sanitarias, tiene una clara vocación de ayuda a los pacientes. Poder ayudar a las personas a recuperar su calidad de vida después de lesiones, accidentes o enfermedades, fue el principal motivo que le llevó a elegir este trabajo. El trabajar día a día con los pacientes, ayudarles en su recuperación, ver su evolución, empujar juntos tanto en los momentos buenos como en los malos, es lo que hace que se apasione su profesión.
¿Qué problemas de salud pueden mejorar con vuestro servicio de fisioterapia?
Por norma general, todas las lesiones o enfermedades que conlleven una pérdida de la calidad de vida son susceptibles de mejorar con un adecuado tratamiento de fisioterapia. Principalmente, esto es así sobre todo en los problemas relacionados con la pérdida de capacidad de movimiento.
Trabajamos principalmente con trastornos musculoesqueléticos como el dolor lumbar, dolor cervical, problemas de hombro, patología de cadera, etc. También podemos ayudar a personas que se han sometido a una cirugía, a recuperar su funcionalidad, así como a personas que padecen determinadas enfermedades. Entre las enfermedades más habituales de nuestros pacientes, podemos destacar las cardiovasculares, las metabólicas o procesos oncológicos.
¿Cuál es el momento del día más adecuado para una fisioterapia y por qué?
Tradicionalmente, el momento que elegimos para visitar a un fisioterapeuta es cuando nos han aparecido determinados síntomas, principalmente dolor, y no podemos encontrar solución por nosotros mismos. Sin duda, es uno de los momentos en los que más podemos ayudar los fisioterapeutas.
Sin embargo, no hay que olvidar la labor preventiva de la fisioterapia. Es decir, cuando sospechamos que algo en nuestro día a día puede llevarnos a algún problema de salud, también es buen momento para visitar a un fisioterapeuta.
Me explico mejor: no quiero decir que haya que acudir periódicamente a un fisioterapeuta si no nos pasa nada, simplemente que, si detectamos que no tenemos hábitos de actividad suficientes, hemos perdido capacidad de movimiento en alguna parte del cuerpo o en general, o cualquier otra circunstancia que creamos que puede conllevar la aparición de síntomas, también es un muy buen momento para visitar a un fisioterapeuta.