La dermatología más avanzada para cuidar de tu piel

La dermatología más avanzada para cuidar de tu piel

Álvaro Rivera Rodríguez, dermatólogo en Zaragoza, nació en Madrid, aunque estudió la carrera de medicina en la Universidad de Oviedo y posteriormente realizó la residencia de dermatología en el Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza. Actualmente trabaja en distintos hospitales y centros médicos de Zaragoza. A los 16 años le interesaba la Biología y todo lo que tenía que ver con el cuerpo humano. Este interés le llevó a representar a España en la Olimpiadas Internacionales de Biología.

Posteriormente decidió estudiar Medicina, algo que hasta pocos meses antes no se le había pasado nunca por la cabeza, ya que en su familia no había "tradición médica". Pronto supo que lo que más le atraía de la medicina era el trato con el paciente, por lo que siempre mostró más interés por las especialidades más "médicas".

Finalmente, tras acabar la carrera y realizar el examen MIR, pasó por unos meses de reflexión en los que valoró los pros y contras de cada una de las especialidades médicas y finalmente se decidió por la dermatología. Es una especialidad muy variada en cuanto a la diversidad de patologías, que combina tratamientos médicos, quirúrgicos y estéticos, y en la cual la empatía con el paciente es primordial. Fue por todo ello por lo que escogió esta especialidad y no se arrepiente de su decisión.

Álvaro ejerce la especialidad de dermatología en diferentes clínicas privadas de la ciudad de Zaragoza. Realizó la especialidad de dermatología en el Hospital Clínico de Zaragoza y durante la residencia completó su formación mediante estancias en otros hospitales y clínicas privadas con el fin de profundizar más en aquellas áreas de la dermatología que más le atraían.

Se formó en el Hospital Niño Jesús de Madrid, servicio de referencia a nivel nacional y mundial en el ámbito de la dermatología pediátrica, gracias a los prestigiosos doctores Antonio Torrelo y Ángela Hernández. También tuvo la fortuna de poder pasar por el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, donde aprendió acerca de las técnicas más novedosas en el mundo del láser de la mano del Dr. Pablo Boixeda, y profundizó en el campo de la tricología con el Dr. Sergio Vañó, ambos profesionales de referencia a nivel mundial y con una calidad docente y humana que superó todas las expectativas.

Otro campo en el que le pareció muy importante ampliar los conocimientos era en el estudio de las lesiones pigmentadas, ya que es uno de los principales motivos de consulta en dermatología, por lo que realizó una estancia en la unidad de lesiones pigmentadas del Hospital La Paz de Madrid.

Por último, con el fin de poder entrar en contacto y aprender acerca de los numerosos tratamientos que incluye la especialidad de dermatología pero que no se realizan habitualmente en la red sanitaria de la Seguridad Social, tuvo la suerte de poder estar una temporada con el Dr. Jorge Soto en la clínica Dermagune de San Sebastián.

Durante esta última estancia, no solo pudo aprender técnicas y tratamientos que hasta entonces no había aprendido, sino que descubrió lo bonito que podía ser el ejercicio de la dermatología dentro del ámbito de la medicina privada, y probablemente gracias a ello, ahora se dedica a la dermatología dentro de clínicas privadas.

Las áreas de la dermatología que más le gustan son los diversos tipos de acné, por ser una patología muy prevalente, con gran repercusión para los pacientes, pero con muchas posibilidades de tratamiento y resultados muy satisfactorios en manos de un buen profesional.

Asimismo, Álvaro considera muy gratificante el estudio de las lesiones pigmentadas, que permite diagnosticar lesiones malignas a tiempo mejorando mucho su pronóstico, así como evitar la extirpación innecesaria de lesiones que en manos de profesionales no dermatólogos pudieran parecer peligrosas.

Por último, explica que el tratamiento de lesiones cutáneas con láser ha sido una revolución, ya que permite solucionar los problemas estéticos que preocupan al paciente con escasas secuelas.

Dr. Álvaro Rivera, ¿qué es lo que más os apasiona a la hora de ofrecer servicios y tratamientos dermatológicos a vuestros pacientes?

Sin duda, lo que más me apasiona es conseguir la satisfacción del paciente, por lo que tengo debilidad por aquellas partes de la dermatología en las que las expectativas de mejoría son mayores: acné, verrugas y pequeños tumores benignos de piel, cáncer de piel, alopecia... 

Otra cosa que considero que no puede faltar a la hora de garantizar un buen tratamiento es explicar de manera comprensible al paciente la naturaleza de su enfermedad y las posibilidades de tratamiento, para así poder hacerlo partícipe en la toma de decisiones y anticipar los posibles resultados terapéuticos, para no dar lugar a falsas expectativas y frustración con el resultado.

¿Qué parte de su equipo de trabajo es esencial para garantizar la salud de la piel? ¿Hay algún elemento que nunca debería faltar?

Como muchos pacientes que hayan pasado por la consulta de un dermatólogo sabrán, lo que nunca falta en su consulta es un buen dermatoscopio. Este aparato se trata de una lupa con luz incorporada a través de la cual nos hemos acostumbrado a mirar el mundo.

Me sorprende un poco la concepción que muchos pacientes tienen de él, ya que en muchas ocasiones existe la creencia de que es un aparato infalible que te aporta el diagnóstico de la lesión que estás observando. No deja de ser una lupa con un poco de aumento y una luz polarizada incorporada, y lo que realmente sirve es la experiencia del dermatólogo. 

Algunas patologías tienen patrones muy característicos que permiten su rápido reconocimiento, pero en la gran mayoría de ellas la imagen ofrecida es totalmente inespecífica y simplemente es un dato más, que junto con la anamnesis y la exploración del paciente nos ayuda a aproximarnos al diagnóstico del paciente. Pero es esto último, una buena historia clínica, lo que nunca debe faltar en la consulta de ningún dermatólogo, ni de ningún médico.

Según tu experiencia profesional, ¿cuáles son las recomendaciones que les darías a tus pacientes para garantizar la efectividad de los tratamientos dermatológicos que ofreces? ¿Cuándo y en qué condiciones le recomendarías a un posible paciente que debe buscar tratamiento dermatológico?

Respecto a la primera pregunta, lo más importante para garantizar la efectividad de un tratamiento es su adecuado cumplimiento. Es muy frecuente que un tratamiento fracase porque el paciente no se acuerda de aplicarlo todos los días, lo cual deriva en un doble perjuicio: por un lado no conseguimos curar la patología; y, por otro lado, muchas veces se desecha un tratamiento que podría ser curativo.

Además añadiría que es muy importante ser paciente. Vivimos en  un mundo en el que nos hemos acostumbrado a la inmediatez, y esa inmediatez también se exige en los tratamientos médicos por parte de nuestros pacientes. Sin embargo, en dermatología, muchos de los tratamientos se aplican por vía tópica, por medio de cremas, lo cual implica muchas veces unos tiempos de recuperación mayores de lo deseado por el paciente, por lo que hay que saber esperar y confiar en los tiempos marcados por el profesional para valorar la efectividad de un tratamiento. 

En cuanto a cuándo buscar tratamiento dermatológico, creo que la respuesta es muy sencilla: siempre que observemos algún cambio en nuestra piel que se aleje de lo que conocemos como normal, o que no sepamos por qué se ha producido: manchas, rojeces, bultos, picores...

¿Cuál es su recorrido profesional como dermatólogo? ¿Hay alguna experiencia laboral que lo haya marcado a la hora de ofrecer tratamientos dermatológicos?

Tras haber realizado la especialidad de dermatología en el Hospital Clínico de Zaragoza, he estado trabajando en el Hospital de Alcañiz y en diferentes hospitales privados y centros médicos, siempre buscando trabajar en lugares donde la asistencia médica pueda ofrecerse con las máximas garantías.

Ofrezco una consulta de dermatología integral, atendiendo todo tipo de problemas dermatológicos y poniendo a disposición del paciente todos los tratamientos disponibles, médicos, quirúrgicos y estéticos. En el caso de que la opción terapéutica más adecuada para el paciente no pueda realizarse dentro del ámbito de la consulta de dermatología, trato de asesorar al paciente respecto a dónde debería de acudir para realizar el tratamiento. No concibo otra forma de entender la dermatología.

No debemos confundir la dermatología con la medicina estética. Un dermatólogo es una persona que ha realizado cuatro años de especialidad en un servicio de dermatología y como tal debe saber enfrentarse a cualquier problema de piel que se le pueda presentar, ya sea de naturaleza estética o de naturaleza más médica. La medicina estética es tan solo una parte de la dermatología, a la que también se dedican otros profesionales no dermatólogos.

No pongas en juego tu piel: apuesta por el mejor tratamiento

La piel es el órgano más extenso de nuestro cuerpo y el que está en permanente contacto con nuestro entorno. La importancia de su salud es, aún hoy en día, subestimada frecuentemente. Sin embargo, su estado saludable es vital para que podamos desenvolvernos con comodidad y es adecuado poner la salud de este nuestro órgano más expuesto en manos de los mejores profesionales. El Doctor Álvaro Rivera Rodríguez ha cursado y efectuado residencias en los hospitales y clínicas más prestigiosos de nuestro país y conoce los mejores y más novedosos tratamientos para multitud de patologías dermatológicas, lo que le convierte en una autoridad nacional en el cuidado de la piel.

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Poniendo las bases de una existencia feliz y equilibrada

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