Nacho Sierra Martínez es un madrileño de 60 años, especialista en comportamiento animal, adiestrador profesional canino y terapeuta de conducta con 42 años de experiencia. Fue el primer adiestrador canino titulado en España en 1990. Es director de la Escuela de FP canina y de tducamos.com. También es colaborador en radio y TV sobre temas del mundo animal.
En la actualidad y desde 1990, Nacho dirige una empresa de formación de adiestradores caninos profesionales cuya titulación empezó siendo reconocida por el Consejo General de Colegios veterinarios de España y actualmente es reconocida por la ANACP (Asociación Nacional de Adiestradores Caninos Profesionales).
Asimismo, dirige una empresa de adiestramiento canino a domicilio en todo el territorio español. A su vez, trabaja en Onda Madrid junto a Nieves Herrero con una sección del mundo animal. También es presidente y competidor de un grupo de trabajo de perros de competición sobre reglamento IGP (Adiestramiento deportivo) «Grupo de la Sierra».
Su área de especialización es la conducta del perro, su modificación y también el adiestramiento deportivo de IGP. Lo que más les piden los clientes es la modificación de la conducta de su perro. Para Nacho, este empleo es vocacional y ya desde los 12 años de edad quería ser lo que es hoy en día.
Sobre todo, es importante por el desconocimiento existente en cuanto a entender la psicología y el comportamiento del perro. Pero la elección del entrenador canino profesional debe estar basada en los resultados y prestigio de un profesional, de lo contrario puede ser un problema añadido.
En cuanto a educar al perro, es algo que podemos hacer desde el primer momento en que el animal entra en casa. En lo que se refiere a realizar el adiestramiento del perro, siempre dependerá de para qué, pero lo adecuado es hacerlo entre los cinco y los diez meses de edad.
Llevamos a cabo la modificación de las conductas que conlleven problemas para el dueño y su perro. Trabajamos con todo tipo de técnicas actuales para obtener la máxima eficacia en el resultado final y para conseguir que el perro y su dueño sean más felices compartiendo una relación saludable.
Lo cierto es que es algo que puede llegar a depender de muchos factores diversos, ya que hablamos de un ser vivo y no de una máquina que se pueda ajustar. Lo habitual es que en ocasiones podamos ver cambios en tres días, mientras que otras veces son tratamientos más largos de 1 mes o más.