Cuando somos padres queremos guardar en nuestra memoria miles de instantes de los primeros años de edad de nuestros hijos porque sabemos que la infancia es el tiempo más precioso en la vida de los seres humanos. Sin embargo, la memoria es frágil y engañosa y sin querer, momentos que parecían inolvidables se pierden en ella, por eso fotografiar esos momentos es la mejor manera de sortear el olvido y guardar el recuerdo para siempre.
Conversamos con Edu y Miriam, fotógrafos y papás especializados en fotografía infantil y fotografía familiar en Barcelona. Nos comentan que su estudio de fotografía, «Atypical Photos», nació en casa cuando fueron padres, ya que comenzaron haciendo fotos a sus hijos y después a los de personas conocidas. Así se fueron dando a conocer hasta poder ofrecer sus servicios a otras personas.
Hace tres años, decidieron abrir un pequeño estudio y tener un espacio más apropiado para Atypical Photos en la que realizar las sesiones de fotos. Miriam se dedica a los temas relacionados con la gestión del negocio y Edu es el fotógrafo.
Pues lógicamente todas las etapas de nuestra vida nos han ido influyendo en la fotografía; primero fue preparar nuestra boda, de esta manera, sentíamos todo lo que unos novios sienten en su gran día. Luego nos convertimos en papás y nos dimos cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, y por ello, la importancia de ir capturando pequeños momentos que, por desgracia, no van a permanecer siempre en nuestra memoria, pero si en nuestro recuerdo gracias a la fotografía.
Como bien dices, al ser papás de dos bichitos, hemos pasado por las típicas rabietas, celos que tienen los pequeños y es por ello que entendemos a la perfección a cada niño que pasa por nuestro estudio. Cada uno es especial y necesita su tiempo.
Nuestras cámaras son Nikon, y los objetivos que utilizamos son siempre, ópticas fijas, al trabajar con luz natural, las necesitamos muy luminosas, además, el efecto desenfoque se consigue con ellas, nos encanta.
Pues siempre les decimos la idea que tenemos pensada pero, como os comentaba anteriormente, cada niño es único, por lo que, muchas veces, tenemos que improvisar. Si que es cierto que, al ser dos personas, es mucho más fácil, ya que yo estoy jugando con el niño, intentando que ría, y que se lo pase bien, mientras Edu, está con la cámara esperando esa sonrisa, esa mirada.
Los papás tienen que venir tranquilos porque muchas veces, los nervios lo transmiten al pequeño, nos dicen “huy, a ver si consigues hacerle una foto, porque en casa no para”, o “ya veremos a ver, porque es muy vergonzoso”, y luego se sorprenden al ver cómo se desenvuelve el niño.
También es verdad, que es algo nuevo, somos la novedad, entonces es mucho más fácil captar su atención que en casa, nos pasa a nosotros también, que hacerle las fotos a nuestros hijos, es mucho más complicado que cualquier reportaje que hagamos. En cuanto al vestuario y el atrezzo, no tienen que preocuparse, ya que nosotros tenemos un armario enorme con un montón de trajecitos para que los pequeños estén aún más guapos de lo que son.
Nosotros inmortalizamos cada etapa de vuestras vidas, tenemos un apartado especial en la web de bodas. Muchas parejas luego vienen a hacer las fotos del embarazo, ese momento tan especial de las mujeres; las sesiones newborn son las más especiales, ya que el bebé en pocos días, tiene un cambio increíble y los primeros momentos son únicos e irrepetibles, sin duda son mis favoritas.
Luego aconsejamos que, a los seis meses, hagan una mini sesión para ver la evolución ya que a esa edad, empiezan con las carcajadas, a llevarse el piececito a la boca, etc, están para comérselos. Alrededor de los 8 meses, es otro momento súper chulo para inmortalizar, y cómo no, su primer cumpleaños, donde lo esperamos con un pastel para que disfrute por todo lo alto y, luego, por supuesto, los pequeños van creciendo, se convierten en hermanos mayores, y los papás nos los van trayendo para que, al menos una vez al año, tengan un recuerdo especial de sus pequeños.
Tenemos familias que hemos ido viendo crecer desde hace más de 7 años y la verdad que se les llega a coger un cariño especial. Ahora estamos empezando a publicitar más las sesiones a partir de los 7 años, que parece que los papás tienen un poco olvidadas, ya que sus pequeños se han hecho mayores, pero creo que también se merecen tener un recuerdo de esta etapa de inocencia, antes de llegar realmente a dejar de ser niños. El coste de las sesiones depende del tipo de reportaje, pero rondan entre los 120 y los 220€.
¿Quién no se ha sorprendido alguna vez al descubrir fotos de su infancia?. Tener la posibilidad de retratar las distintas etapas del crecimiento de nuestros hijos y saber que esas fotografías en algún momento de su vida adulta, les producirán la misma sorpresa es un regalo no solo para nosotros como padres, sino también para nuestros hijos en el futuro.