Wifre Meléndrez es un fotógrafo autodidacta que trabaja en su estudio y que cuenta con la colaboración puntual de diferentes empresas del sector audiovisual. Confiesa que la práctica es vital para cualquier profesional de la imagen y su objetivo es siempre dar el servicio más completo al cliente.
Nos cuenta que le gusta el trabajo dinámico y que gracias a las palabras de un amigo que le aconsejó que convirtiera su trabajo en afición, dio el salto y abandonó el sector de los recursos humanos al que se dedicaba. En sus comienzos hacía todo tipo de sesiones menos bodas. Trabajó con grandes y pequeñas empresas hasta que un día le surgió la oportunidad de empezar a trabajar con Google haciendo tours virtuales. Fue en ese momento en el que descubrió que lo que más le gustaba era la fotografía de interiores y arquitectura. Desde entonces está centrado en ese tipo de reportajes para empresas del sector.
En primer lugar el cambio de fotografía analógica a digital marcó en todo el sector un antes y un después. Poder ver en tiempo real el trabajo que estás haciendo mejora mucho el flujo de trabajo y llegas al ordenador mucho más seguro de lo que has hecho. En cuanto a los ajustes tanto en la cámara como en la edición son mucho más precisos y eso te da un control total sobre la imagen. Otro punto en el que hemos ido ganando es en la resolución. Cada vez capturas imágenes con mayor resolución que luego te permiten hacer retoques milimétricos. Además los rangos dinámicos cada vez se acercan más a los captados por el ojo humano. En cuanto a las ópticas, no ha habido un cambio tan sustancial como en los cuerpos de las cámaras aunque las construcciones son cada vez más eficientes.
Yo trabajo con Canon y con Sony, ambas modelos profesionales. Sony está sacando muy buenos productos y la verdad que el rango dinámico de esta cámara es genial así como su resolución sin llegar a trabajar con cámaras de medio y gran formato. Como objetivo profesional está al llegar a trabajar con cámaras de gran formato por tener la máxima calidad.
No hay un encuadre mejor o peor siempre depende del proyecto que tengas delante y para quien estés trabajando. Hay empresas que si o si necesitan fotografías con vista de alzado y otras prefieren fugadas para que se vea la dimensión del proyecto. Lo que sí hago siempre es jugar con los materiales y texturas. En cuanto a la luz esta lo es todo tanto en fotografía de arquitectura como en la fotografía en general. Un proyecto puede variar muchísimo a lo largo del día en función de cómo incida la luz. Por eso en muchos trabajos hacemos fotos en diferentes momentos del día, sobre todo en vivienda unifamiliar.
Para mi tiene que hacerte querer estar en ese espacio, si es un salón que sea el de tu casa, si es un restaurante que te apetezca ir a cenar, si es una tienda querer ir a comprar, etc….
Si no consigues evocar una sensación así es que a la foto le falta algo. La calidez de la foto es muy importante porque normalmente lo asociamos a un entorno agradable y la luminosidad también es algo que nos aporta mucho.
La fotografía de arquitectura o de interiores necesita un fotógrafo que entienda lo que tiene delante de su objetivo y que domine la técnica a la perfección. Wifre Meléndrez se dedica desde hace años a trabajar en este tipo de proyectos y en cada uno de ellos pone todo su esfuerzo y profesionalidad para que el resultado sea, simplemente, perfecto.