Elena, fotógrafa social en Cáceres, recuerda que desde siempre ha ido cargando con una pequeña cámara digital que le regalaron unos familiares todos los fines de semana, cumpleaños y eventos familiares. Con 17 años empezó su formación en el mundo de la fotografía y considera que nunca dejará de seguir aprendiendo. Su afición es su trabajo: se pasa el día viendo fotos; cuando va por la calle, cuando sale a cenar y, por supuesto, en casa.
Una parte importante de su trabajo son las personas y las emociones, ya que como fotógrafa busca capturar los momentos más preciados de la gente: una boda, los primeros días de un bebé, una mujer embarazada… son momentos que no regresan y su trabajo es congelarlos para siempre en el tiempo.
Encuentra su motivación en la creencia de que las fotografías quedarán para siempre. A la vez, considera que es estimulante crear algo que sabes que va a durar generaciones, auténticos tesoros familiares. Para Elena, su proyecto empresarial, Caléndula, empezó a formarse desde el día en que decidió dedicarse a la fotografía. Desde entonces, le ha ido dando forma a este sueño, aprendiendo de grandes profesionales pero marcando siempre su estilo propio.
Actualmente trabaja en solitario, aunque siente que Caléndula es una familia que la forman sus amigos, que tantas veces le ayudan a montar escenarios, a mover atrezzo de un lado a otro y por supuesto, sus clientes. Sin ellos este sueño no sería posible. Elena se dedica al reportaje social y a cubrir eventos. Abarca bodas, bebés, comuniones, embarazadas y fotografía infantil.
Crear pequeñas cápsulas de tiempo que nos hagan volver al momento en el que fueron tomadas siempre que queramos. Me especialicé en reportaje social porque empecé a trabajar con un fotógrafo que hacía este mismo trabajo y me enganchó este mundillo de personas conjuntado con emociones.
Para mis sesiones utilizo una cámara réflex digital, porque me permite hacer muchos disparos y son muy versátiles en cuanto a realizar cambios de ópticas.
Para mí, cualquier elemento de los mencionados es importante pero, el que más, es la pareja en sí. Es necesario reflejar su complicidad y su amor, eso es lo primordial ese día. Da igual cómo vayan vestidos, si en lo que me voy a fijar es en cómo se agarran de las manos, cómo se miran, cómo se emociona el novio viendo llegar por primera vez a su chica vestida de novia.
Yo lo definiría como natural y fresco pero, sobre todo, diferente; y eso influye en que trato cada reportaje como si fuera único.
La emoción es la clave del estilo fotográfico de Elena, el alma y los ojos detrás de Caléndula Studio. El objetivo de su cámara siempre se dirige a plasmar esos detalles únicos que están repletos de un significado que todos los espectadores pueden ver pero que los protagonistas de las fotografías sienten de una manera mucho más íntima y personal. La creación de tesoros familiares es el trabajo de Elena y asume esa gran responsabilidad con la ilusión de una primeriza pero con la experiencia de quien lleva toda la vida haciendo fotos.