Amaya Terrón es una psicóloga general sanitaria, natural de Madrid. Está al frente de un centro de psicología desde hace 10 años, el cual creó con todo el esfuerzo y pasión potenciados desde la motivación de ayudar a otras personas a superar conflictos y dificultades. Entre otras actividades, Amaya también escribe para revistas de neurociencia, cuidados perinatales y psicología infantil.
La creación de Psicología Amaya está vinculada a la importancia del cuidado de la salud mental y el impacto de esta en nuestras vidas ante una desilusión, un conflicto, cuando nos sentimos perdidos o sin la voluntad de recuperar lo que nos hacía felices. El objetivo es proveer una buena terapia con una profesional especialista que sepa entender y explicar lo que ocurre para ayudarnos a sacar lo mejor de nosotros mismos, tomar decisiones desde la conciencia.
Con los años, ha conseguido combinar los conocimientos técnicos en psicopatología con la disposición a comprender sin prejuicios, utilizando todas las herramientas de las que dispone. La evolución de su servicio ha logrado llevar a Psicología Amaya Terrón a un escenario digital, ya que, para ofrecer una mayor comodidad a sus pacientes, ofrecen consultas online con garantías de confidencialidad. Se especializa en terapia individual, individual sistémica, con especial énfasis en trastornos de la personalidad, conflictos de pareja, depresión, adicciones, entre otros.
El trabajo de Amaya se basa en devolver la ilusión a la vida de los pacientes que se encuentran en conflicto, quienes buscan mejorar sus relaciones y ser más eficaces. Su motivación data de su infancia, cuando descubrió lo interesantes que podían ser las personas en sí; sus emociones, su comportamiento y ese mundo interno de cada individuo. Cada paciente la motiva y refuerza su pasión por su labor, a la cual se dedica con todo el entusiasmo, consciente de que puede ser tan gratificante como complicada en ocasiones.
La terapia en general está indicada cuando empezamos a sentir que las estrategias que usamos para sentirnos bien y retomar nuestra vida tal y como la queremos no funcionan. Cuando dejamos de sentir que somos dueños de nuestras decisiones, no entendemos por qué y nos sentimos bloqueados.
Cuando por más que nos esforzamos hay temas que no acabamos de comprender y repetimos patrones encontrando en el autoboicot nuestro compañero de viaje. Cuando llevamos largas temporadas con la sensación de no estar bien y el tiempo no mejora nuestra condición.
Uno de los puntos fuertes de mi trabajo está enfocado en la terapia individual sistémica, lo que implica tener en cuenta el sistema familiar circunscrito a la terapia individual. Generalmente no se requiere la presencia o colaboración de la familia, por tanto, se puede trabajar únicamente con el paciente teniendo presente su origen y relaciones familiares.
Los avances de las terapias dependen de la patología en sí, de su origen, de las resistencias del paciente, de la motivación y/o del tiempo que lleva conviviendo con el problema. Pero, por lo general, a lo largo de un año la mayoría de las personas han tenido su evaluación, diagnóstico y o bien están en condición de alta o con un nivel subjetivo de mejora considerable.
Cada persona y sus circunstancias se merecen un tratamiento individual y adaptado a sus necesidades y deseos, por lo que, no es posible establecer un tiempo exacto predeterminado para cada problema pero sí una orientación.
Generalmente la persona que acude a terapia individual es para trabajar aspectos personales identificados que tienen que ver con sus relaciones sociales o no necesariamente y no siempre incluye a la pareja. Las terapias de pareja se trabajan principalmente con la pareja, pero también incluyen terapias personales la mayoría de las veces, ya que la pareja es un sistema que incluye a dos personas y cada miembro debe ser funcional en sí mismo.